miércoles, 22 de abril de 2009

Bienaventuranzas de fidelidad a la tierra. (22 Abril día Mundial de la Tierra)


Dichosos, los pobres y humildes, indefensos, desdichados y oprimidos de la tierra; los que ponéis a la luz que "las civilizaciones del progreso" y la "sociedad de la abundancia", están llenos de engaños, y declaráis que el ser humano, con todo su poder y con todas sus riquezas, no se basta a sí mismo; los que vivís aceptando que nada nada es verdaderamente vuestro (por muchas cosas que tengáis), salvo el amor, que devuelve la armonía al mundo.
Os digo que ya poseéis el gozo del Reino de Dios.

Dichosos, porque sabéis disfrutar de la Naturaleza, y de todas sus ofrendas sin ejercer violencia ni generar destrucción; los que no os aprovecháis de la noche para pisar la hierba o matar los pájaros; los que no usáis la fuerza para ahogar el ritmo de la vida.
En verdad os digo que poseéis la tierra.

Dichosos, los que lloráis y sufrís por la miseria de tantos, por los campos asolados, por las especies olvidadas...Los que reconocéis y formáis parte (aunque una parte pequeña) del universo y lográis que toda su sinfonía se encienda y resuene en vuestro ser diminuto.
Vuestra lágrimas beberán la Luz de las estrellas, y vuestro sufrimiento expondrá al Sol de Dios vuestro corazón.

Dichosos, los que tenéis hambre y sed de un orden más justo... y no os conformáis con no participar, de cualquier modo, en la degradación del ser humano y su morada, sino que buscáis con esfuerzo la superación de todo egoísmo, de toda injusticia, de toda violencia, hasta hacer de la tierra un lugar de la vida, herencia fraterna.
Os digo que participáis del gozo del Creador.

Dichosos, cuando prestáis ayuda a todo ser que alienta y procuráis su dominio con sabiduría y amor, cuando cultiváis con humildad la bondad de las cosas, cuando recuperáis la rama herida y devolvéis al aire al pájaro caído; los que no lleváis vuestro trabajo como un yugo, sino como encuentro de vuestra libertad del universo.
Dios mismo os prestará ayuda.

Dichosos los que tenéis los ojos limpios y ponéis el corazón a la intemperie; los que os entregáis con las fuentes, camináis con los ríos y miráis en la noche más allá de las estrellas; los que juntáis las manos para recoger la lluvia, los que no teméis del viento que ahogue vuestra voz.
Porque en el reflejo de cada criatura, encontrarás el reflejo del buen Dios.

Dichosos, los que como niños, dais de comer a las palomas en las plazas del mundo, los que desmanteláis los misiles que amenazan a los pueblos; los que no apuntáis a la guerras aunque os llamen cobardes; los que os ponéis delante de los tanques enarbolando una bandera blanca; los que con vuestra lucha y vuestro amor, desbaratáis las semillas de toda violencia.
Porque estáis animados por el Espíritu Santo.

Dichosos, los que sois perseguidos por ser fieles a la tierra; los que, por respetar su armonía, sufrís el látigo de la incomprensión; los que no os resignáis a vivir en una tierra extraña, donde mueren si sentido el águila y el hombre, la risa y el paisaje; los que, encada rincón de este planeta, descubrís la belleza y descalzáis vuestros pies, pues cada rincón es sagrado; los que decís que es posible una tierra hermana.
Dios mismo será vuestra Tierra.

Dichosos, seréis, si aprendéis a vivir sin matar, a crecer sin destruir, a caminar sin dejar desiertos detrás de vuestros pasos. Estad alegres y contentos, aunque tengáis que sufrir por ello. Vosotros hacéis posible la Tierra Nueva.
No dudéis que Dios va a certificar vuestra obra.

ORACIÓN:

Padre del Universo, Tú estás en el origen de todo lo que nos rodea, visible e invisible.
Ayúdanos a conocerte y amarte en todas las cosas, en las personas, en los animales, en las plantas.
Te damos gracias y bendecimos tu nombre.
Tú nos has encomendado esta obra tuya, para que la perfeccionemos y la usemos en bien de todos.
No permitas que utilicemos la Creación para beneficio nuestro en menoscabo del de los demás.
Haznos pequeños y humildes ante la grandiosidad de loq ue nos rodea.
Tú, que formas parte de la Creación, y eres el Agua y el Pan de la Vida. Sacia nuestra sed y hambre de Ti, transfórmanos y transforma esta vida mortal en Vida, que nunca acaba.
Te lo pedimos en nombre de Jesús, Tu Hijo, quien nos da sentido y esperanza, y a quien nos queremos parecer. Amén.

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