sábado, 26 de julio de 2014

“Hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo"



Ponernos delante del Corazón de Jesús es dejar que, nuestra conciencia, nos interpele:

¿En qué puedo cumplir mejor con el Señor?
¿Con quién debo cumplir para estar en armonía con el Señor?
¡MUÉSTRATE, SEÑOR, COMO ERES!

Pudiera ser, perfectamente, la oración que espontáneamente
nos puede sugerir la devoción y contemplación del Corazón de Jesús.
¡SÁLVANOS, SEÑOR, Y DESCANSA!

Porque, la voluntad incansable de Dios, es precisamente esa:
Que todos nos salvemos.
Que todos cojamos el salvavidas de la fe.
Que todos lleguemos a punto antes de que la puerta se cierre
El Corazón de Jesús, si algo tiene, es alma obediente.
Nadie como El supo obedecer y cumplir.
¡DANOS TU HUMILDAD Y TU ESPÍRITU DE OBEDIENCIA!

Para saber cómo y cuando dar gusto a Dios.
Para que, a través de nosotros, el Padre pueda desarrollar su plan de salvación.
Para que, lejos de encender una vela a Dios y otra al maligno,
digamos un “SI CUMPLIRÉ” con todas las consecuencias.

El Corazón de Jesús, si algo tiene, es voluntad para cumplir la voluntad de Dios.
Vida, para dar en abundancia la VIDA de DIOS.
Amor, para llevar a los hombres y mujeres al gran AMOR.

Cumplamos la voluntad de Dios. ¿Cómo?
Con la oración; el Señor nos ayuda a descubrir cual es su voluntad.
Con la Palabra; el Señor nos habla de los caminos para llegar hasta ella.
Con la Eucaristía; el Señor nos fortalece para que podamos llevarla a feliz término.

Javier Leoz

Ciao.

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