martes, 25 de noviembre de 2014

¿Sueles hacer “texting” en la iglesia? ¡Apaga el celular!



Es una distracción de lo que se supone que tendrían que estar haciendo en la iglesia.

Familias enteras navegan en sus celulares mientras comen en restaurantes. Estudiantes textean en clase. Padres de familia hacen llamadas de teléfono durante eventos deportivos o teatrales en las escuelas de sus hijos.

No es sorprendente que los celulares afecten incluso a la iglesia.

Se ha vuelto común para las parroquias anunciar en sus boletines que se apaguen los teléfonos móviles y a los lectores se les avisa al respecto antes de la liturgia, recordando a los parroquianos que están en un lugar de adoración.

Con los celulares en todos lados – en comidas familiares, en clase y en eventos deportivos – no es de sorprender que en la iglesia estén también (CNS/Tyler Orsburn).

En algunos lugares, los asistentes regulares a la misa hacen caso a los avisos – con algunas excepciones de gente que trabaja en áreas de emergencia o no entiende cómo silenciar sus teléfonos. En otras parroquias, los tonos de llamada, los textos o incluso recibir llamadas durante la liturgia pueden distraer al oficiante y a la gente en sus bancos.

Dorothy Sokol, ministra de la Parroquia Nuestra Señora de la Gracia en Ballston Lake, observa que suenan los móviles y los devotos textean en misa, a pesar de los letreros en dos lugares distintos y los avisos que advierten al respecto. Dijo que algunas personas no saben que están ofendiendo a la gente, pero se distrae, especialmente cuando los padres dejan que sus hijos mayores jueguen con videojuegos en sus celulares.

Algunos parroquianos usan una tablet o celular para seguir las lecturas de la misa, y “hay un lugar” para ello, dijo.
Respecto al textear, “la gente tiene que tener conciencia que está en la iglesia para orar con la comunidad e intentar, si es posible, poner las distracciones a un lado”, dijo Sokol al diario diocesano de Albania, The Evangelist.

El sacerdote Richard Carlino, pastor de las parroquias San Juan el Evangelista y San Antonio en Schenectady, se llama así mismo “un fuerte patrocinador del silenciar los celulares”. La gente coopera mayormente, pero algunos no oyen los avisos al inicio de la misa.

“Me desconcentra totalmente” cuando suena un celular durante la misa, dijo el sacerdote Carlino. Pero “no creo que lo hagan maliciosamente”.

Recientemente, ha tenido que hablar con los parroquianos sobre el textear – que lo considera menos distrayente que el sonido del celular, pero “sigue siendo una distracción de lo que se supone que tendrían que estar haciendo en la iglesia. Su mente no está en el Señor. Existen excepciones, pero las excepciones deberían ser las menos”.

Por otro lado, “estoy feliz que estén ahí, incluso si están haciendo cosas que no deberían hacer”.

Andrea Freeman, encargado en el San Mateo en Voorheesville, vio a alguien textear en un velorio, pero dijo, sin embargo, que no sucede ahí a menudo.

En la parroquia Cristo Nuestra Luz en Loudonville, los teléfonos generalmente no son un problema, a pesar de que el tono interrumpe al diácono Dick Thiesen, el director de la vida parroquial, una vez que ha proclamado el Evangelio. También ha visto a padres textear durante las confirmaciones de sus hijos.

http://www.aleteia.org/es

Ciao.

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