sábado, 27 de junio de 2015

Nuestros errores en el plan perfecto de Dios



En más de una ocasión he podido observar cómo en medio de mis errores Dios sigue teniendo el control de todo.
Estar en camino al cumplimiento de nuestros propósitos no nos exime de errores, de hecho, aprendemos más de ellos que de los grandes aciertos.

Las personas creativas y perfeccionistas como soy yo, solemos tener en nuestra mente la escena armada y visualizada de cómo saldría si todo fuera como queremos.
Allí no hay margen para el error, es a la hora de llevarlo a los hechos cuando la frustración llega.
Nada nos salió como lo planeamos, siempre queremos estar hasta en el último detalle para que todo salga perfecto.

La Biblia dice que los pensamientos de Dios nos son nuestros pensamientos y que sus caminos son más altos que los nuestros, cuando nosotros decidimos poner en las manos de Dios nuestros planes es donde realmente viene lo bueno.

El Creador no es predecible, a veces su plan perfecto se cumple de la manera que menos esperamos y quizá lleve un tiempo entenderlo, pero al fin, todo obra para bien.
Cuando decidimos creer en que el propósito en nuestras vidas se va a cumplir, la Fe se convierte en la garantía de que aún nuestros desaciertos se volverá a nuestro favor.

Saber que Él es quien “está manejando los hilos” no es darle crédito a la famosa frase que usamos cuando algo ya se nos fue de las manos “Que sea lo que Dios quiera” sino más bien, darle espacio para que esté desde el comienzo de las cosas y no cuando ya no le encontramos solución al asunto.

No necesitamos saber lo que va a pasar en el futuro, si sabemos quién lo escribió.

Dejar que su plan sea perfecto, trae paz. Porque aun cuando las cosas no salgan como queremos, sabemos que vamos a llegar a buen término.

Confiemos en Él y pongamos todos nuestro planes en sus  manos.

Ciao.

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