sábado, 5 de septiembre de 2015

La dificultad de "pensar"


No sé si lo que resulta difícil en el hecho de pensar es el esfuerzo que supone detenerse a reflexionar, o si es que pensando se puede llegar a la consecuencia de tener que rectificar una actitud errónea o a tomar una resolución que no nos apetece, o también a plantearse una profundización que desembocaría en una exigente elección. Pasos que muchas veces no se deseamos dar.

Hay en la vida del hombre situaciones serias y trascendentes que por falta de reflexión se diluyen en una apatía incomprensible, dejando en el olvido posibles soluciones que podrían mejorar nuestra propia vida.
Si se pudiera eludir la responsabilidad de nuestros actos podría aceptarse tal actitud como una opción válida, entre otras, pero no es así: Nuestra vida es única e irrepetible y a poco que nos la tomemos en serio surgirá el estímulo de hacerla fructificar.

A fuerza de “bombardear” nuestra inteligencia con imágenes y palabras ausentes de toda ética, llegamos fácilmente a caer en las redes del engaño cuando no nos sentamos a ponderar y, por tanto, a buscar el antídoto que nos libre de caer en las redes bien sutiles de la explotación del hombre.
Se pretende hacernos creer que las posiciones válidas en un mundo moderno es rechazar todo lo que se oponga al gusto personal de cada cual, aceptando como legítimo derecho un concepto de libertad frívolo y olvidando que somos seres creados a imagen y semejanza de Dios y que, por tanto, la auténtica libertad no puede separarse del bien.

A fuerza de no pensar pretendemos eludir nuestra responsabilidad de seres libres llamados a trascender lo humano; nos impresiona lo sobrenatural, pero esto no nos debe llevar a adoptar la actitud del avestruz.
El riquísimo mundo interior que puede desarrollar el hombre se ve inundado de harapos cuando sólo se centra en placer, violencia, comodidad o indiferencia.

En algunas ciudades se evidencia que el suicidio es la primera causa de muerte violenta. No olvidemos tampoco la lacra de la droga, la sexualidad incontrolada, el crimen del aborto.
¡Si pensáramos un poco más en todas estas atrocidades, y nos dedicáramos cada uno de nosotros por denunciarlas en nuestro entorno, tendríamos un mundo mejor!
Enseñar a pensar desde la infancia -entre otras cosas- ayudaría enormemente a la formación de las personas. Conozco padres de familia que así lo hacen.
Tienen varios hijos pequeños y naturalmente siempre surgen situaciones para enseñarles a pensar en las consecuencias de sus actos y travesuras, todavía infantiles.
Aprovechando las “trastadas” los padres hablan con los “culpables”, les hacen comprender el alcance de sus travesuras y, posteriormente, les aconsejan que se vayan unos momentos a sus habitaciones y “piensen”.
Cada vez son más los padres los que ya han puesto en sus casas "un cuarto o rincón de pensar”.
Al poco rato, los niños vuelven a pedir perdón reconociendo su “culpa”. Este rato, les ha servido para reconocer que sus actos, sus travesuras, no estaban bien y que sus padres tenía mucha razón al mandarlos a "pensar".
Si todos tuviéramos "nuestro rincón de pensar" y lo utilizáramos a diario, este mundo sería mucho mejor.

Ciao.


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