domingo, 4 de octubre de 2015

Radicalidad



Es frecuente que en el avanzar cristiano se vayan dando cambios en la relación con Jesucristo. Las circunstancias del vivir cotidiano y el propio trato personal, como con cualquier otra persona, se alejan y se estrechan, se entibian o se profundizan.
Es cierto que aprender a amarnos puede llevar toda una vida, pero también lo es que en ese camino hay que dar pasos significativos en ocasiones.
Momentos en los que el bienestar propio y la paz no son los últimos valores sino que el criterio, como lo fue para Jesús, es cumplir la voluntad del Padre.
En los Ejercicios Espirituales, y en la vida, se da esta situación para algunas personas.
El reto puede ser redescubrir cuál es la meta que nos lleva adelante, "porque donde esté vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón".
San Alberto Hurtado hizo así su síntesis personal: "Dar, siempre dar, hasta que se nos caigan los brazos de cansancio".
¿Hasta dónde estás dispuesto a arriesgar en esa transformación?

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.

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