miércoles, 28 de septiembre de 2016

Emociones


A poco que mires tu vida te das cuenta de que hay muchas cosas que se te mueven por dentro. Según la situación puedes sentirte tranquilo, alegre, temeroso, inquieto, gozoso, triste, disgustado, nervioso, enfadado, ilusionado, ansioso, en paz… A veces las notas con fuerza y otras de forma más sutil. Pero las emociones tienen eso: Que siempre están ahí.
Para algunos poseen un punto adictivo; y entonces necesitan sentir y sentir. Cada vez más, cada vez distinto. Y da igual que sea alegría, entusiasmo, tristeza o desamor. Para otros constituyen un incordio o un quebradero de cabeza; y ojalá pudieran hacerlas desaparecer. Pero la realidad es que son mucho más.
En ocasiones estos movimientos interiores van siendo más hondos y dejan una huella que dura. Son las mociones. Pues el caso es que si te lanzas de algún modo a detectarlas y aceptarlas dentro de ti, a ponerlas en palabra e interpretar qué quieren decir –a «sentir y conocer»–, tendrás en ellas un aliado que te ayudará a elegir, a saber de qué fiarte, a intuir por dónde quieres tirar, a reconocer por dónde va pasando Dios (Ejercicios Espirituales, 313).

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.

No hay comentarios: