martes, 9 de diciembre de 2025

Así es nuestro Padre


 Una oveja de 99 que se pierde, una moneda entre 10 que se extravía, un hijo que vuelve como jornalero y es acogido en el hogar por el amor de un padre que lo espera desde antes que se marche... Así es el Padre. 

La alegría de los ángeles y la fiesta del pastor y de la mujer y del amo de la casa... Así también es nuestro Padre. 

Y todo ello contrasta con los grandes números que siguen permanecido seguros, sin posibilidad de extravío, porque están en el redil de 99 o en la bolsa de 9 talentos que no se invierten por miedo o egoísmo, o en un hogar de cumplimiento y envidia de un hijo mayor que siempre hizo lo que le pedía el padre pero que no sabe ver la resurrección del que estaba muerto o la conversión del que estaba perdido en la vaciedad de una búsqueda de sí mismo. 

La desproporción del Reino de 99 a 1, o de 9 a 1, o del abrazo que no pide explicaciones sino que se contenta con amar y que también sale a buscar al hermano mayor que no es capaz de reconocer la fraternidad resucitadora y por eso no reconoce tampoco al Padre ni al hogar... Así es nuestro Padre.

Chema Montserrat

Ciao.


lunes, 8 de diciembre de 2025

El "ruido del mundo"

Cuánto ruido mundano, Señor Dios mío, a más ruido, más vacío, más huida de Ti.

Señor, mírame, guía mi alma por el camino del silencio y la soledad no impuesta, si no, buscada, Amada.

Sólo desde el silencio y la soledad en tu compañía, me restauras por dentro, me regalas tus bienes, me envías al mundo fortalecida, para servir Amando.

Estar contigo es, cómo estar en el Cielo, envuelves mi ser con tu esencia. 

Gracias, Señor, por todo, por tanto, aún siendo pecadora, me otorgas tu Gracia, gracias por tu Paz y Amor de Dios. 

Amen

Ciao.

domingo, 7 de diciembre de 2025

7 Diciembre: 2º Domingo de Adviento


La reflexión para el segundo domingo de Adviento se centra en la preparación y la conversión, siguiendo la voz de Juan el Bautista que llama a "preparar el camino del Señor". Esto implica un compromiso personal de reconciliación, allanando los "valles" de nuestras vidas, bajando las "montañas" de soberbia y enderezando nuestros senderos torcidos para recibir a Jesús con un corazón renovado. Es un tiempo de hacer silencio interior para escuchar la voz de Dios y vivir la paz y la esperanza.
Conversión y arrepentimiento: Juan el Bautista llama al arrepentimiento como un primer paso para cambiar de dirección y poner a Dios como el centro de nuestra vida. Se trata de un cambio de actitud y de dirección, no de un sentimiento de culpa. 
Preparación personal: Se invita a un examen de conciencia para reconocer las distancias entre nuestras acciones y nuestros ideales, para así allanar nuestros "senderos" internos. 
Silencio y escucha: Se necesita un tiempo de silencio interior para poder escuchar la voz de Dios en medio del ruido cotidiano, permitiendo que su mensaje nos guíe. 
Encontrar la paz: La segunda vela de Adviento simboliza la paz, y la reflexión nos anima a buscar la reconciliación y la armonía en nuestras relaciones, tanto personales como globales. 
Confianza en Dios: Aunque se nos pide un compromiso, el mensaje es de esperanza, pues Dios está con nosotros acompañándonos en esta tarea de preparación. 
La importancia de la comunidad: La reconciliación también se expresa en la unidad y concordia entre los cristianos, entregándose unos a otros como lo hizo Cristo. 
Ciao.



 

sábado, 6 de diciembre de 2025

¿Dónde quedó la verdad?

Una vez más, nos encontramos en una situación que por desgracia se ha convertido normal en los últimos meses: Tensiones políticas y una cadena de escándalos que ya casi nos parecen normales. Esta vez el foco está en el PSOE, pero si algo hemos aprendido es que los colores cambian, aunque las prácticas suelen ser las mismas. Los gestos, las caras largas y las ruedas de prensa vacías se han vuelto rutina para nosotros; de hecho, nos sorprende cuando sucede lo contrario.

Mientras tanto, nosotros, los ciudadanos, seguimos aquí. Trabajamos, estudiamos y, en definitiva, intentamos hacer las cosas bien, como se debe. Se nos pide calma, paciencia, comprensión, pero rara vez se nos responde con la misma moneda. Y no hablamos solo de justicia, sino de algo más profundo: Respeto. Porque, al final, todo esto no es solo una crisis política, sino una falta de respeto al sentido común y a la comunidad.

Como cristianos, no pedimos perfección. Todos hemos sido, somos y seremos pecadores. Pero una cosa es caer y levantarse, y otra muy distinta es acostumbrarse a vivir en el pecado, sin tomar ninguna medida, y ¿Dónde quedó la verdad? ¿Cuándo se convirtió la política en una simple profesión?

Jesús fue claro: “El que quiera ser el primero, que sea el servidor de todos”. Gobernar requiere de servicio, es servir, y no servirse. Y aunque el desencanto y rabia es general , este país merece más. Y nosotros, como ciudadanos, también.

Ignacio Cervera Izuzquiza 

Ciao.

 

viernes, 5 de diciembre de 2025

¡No temas vivir!

¡No temas vivir!

Grita, baila y abraza. que la vida es un regalo yno te conformes con solo existir.

¡No temas vivir!

Reza, agradece y sueña.

Compadécete, llora y contempla, y deja a tu corazón latir.

¡No temas vivir!

Aunque tengas mil heridas. 

Tus fantasmas te visiten cada noche, y las dudas te impidan dormir.

¡No temas vivir!

Estudia, trabaja y busca tu sitio, y carga con tu cruz, porque el mundo necesita de ti.

¡No temas vivir!

Ama y sirve a cada instante, porque Dios te sostiene.

Y lo mejor siempre está por venir.

Álvaro Lobo, SJ

Ciao.

 

jueves, 4 de diciembre de 2025

La bondad que permanece

Cuenta una leyenda que un hombre subió las grandes montañas de Europa en busca de un sabio que vivía en las cavernas. Al encontrarlo le hizo la siguiente pregunta: ¿Qué es la bondad?, A lo que el sabio respondió con esta historia: Cuando era niño, mi abuelo me contó la historia de un hombre que vivía en un pueblo costero. Cada mañana, sin falta, recogía con sus manos pequeñas las conchas rotas de la playa. Nadie entendía por qué lo hacía. “Son basura”, decían. Pero él insistía en limpiarlas y devolverlas al mar. “El mar también merece belleza”, respondía.

Pasaron los años, y aquel hombre murió sin que muchos notaran su ausencia. Pero tiempo después, cuando una tormenta arrasó el pueblo, fue esa misma zona —la que él cuidó por décadas— la única que resistió. Las conchas, endurecidas por el sol y la sal, se habían vuelto parte de una barrera natural que protegió la costa.

Ser bueno se parece mucho a eso. Nadie lo aplaude. Parece tonto. Parece inútil. Pero al final, es lo único que deja cimientos invisibles donde todo lo demás se desmorona. Ser bueno cuesta. Te ridiculizan, te usan, te subestiman. Pero también te hace libre. Porque la bondad es el único valor que no depende del otro: nace de ti, y te eleva. En un mundo de máscaras, ser bueno es volver a ser humano.

Tal vez nunca salgas en un titular. Tal vez nadie lo note. Pero cada acto de bondad que haces, cada verdad que sostienes, cada compasión que entregas, construye una barrera contra la desesperanza.

Saúl Marrero

Ciao.

 

miércoles, 3 de diciembre de 2025

Palabra de Vida Diciembre 2025


«Los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios» (Is 52, 10).
Llevado al exilio en Babilonia, el pueblo de Israel lo ha perdido todo: Su tierra, a su rey, el templo, y con él la posibilidad de dar culto a su Dios, lo cual lo había empujado a salir de Egipto en el pasado.
Y he aquí que la voz de un profeta hace un anuncio sorprendente: Es hora de volver a casa. Una vez más, Dios intervendrá con poder y llevará de nuevo a los israelitas cruzando el desierto hasta Jerusalén. Y de ese evento prodigioso serán testigos todos los pueblos de la tierra:

«Los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios».
También hoy la crónica está llena de noticias alarmantes: Personas que se quedan sin trabajo, salud, seguridad ni dignidad; jóvenes que ven peligrar su futuro a causa de la guerra, de la pobreza provocada por los cambios climáticos en sus países; pueblos que ya no tienen tierra ni paz ni libertad.
Un escenario trágico afecta a todo el planeta, nos deja sin aliento y ensombrece el horizonte. ¿Quién nos salvará de la destrucción de todo lo que creíamos poseer? La esperanza parece fuera de lugar. Y sin embargo, el anuncio del profeta es también para nosotros:

«Los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios».
Su palabra revela la acción de Dios en la historia personal y colectiva e invita a abrir los ojos a los signos de este proyecto de salvación. De hecho, esta ya está actuando en la pasión educativa de una maestra, en la honestidad de un empresario, en la rectitud de una administrativa, en la fidelidad de los esposos, en el abrazo de un niño, en la ternura de un enfermero, en la paciencia de una abuela, en la valentía de hombres y mujeres que se oponen pacíficamente a la criminalidad, en la acogida de una comunidad.

«Los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios».
Se acerca la Navidad. En el signo de la inocencia desarmada del Niño, podemos reconocer una vez más la presencia paciente y misericordiosa de Dios en la historia humana y testimoniarla con nuestras decisiones a contracorriente:
«[…] En un mundo como el nuestro, en el que se teoriza sobre la lucha, la ley del más fuerte, del más astuto y del que no tiene escrúpulos, y donde a veces todo parece paralizado por el materialismo y el egoísmo, la respuesta es el amor al prójimo. Esta es la medicina que le puede devolver la salud. […] Es como una ráfaga de calor divino que se irradia y se propaga, penetrando en las relaciones entre una persona y otra, entre un grupo y otro, y transformando poco a poco la sociedad».
Como para el pueblo de Israel, también para nosotros ha llegado el momento de ponernos en camino; es la ocasión propicia para dar un paso adelante con decisión hacia todos aquellos –jóvenes o ancianos, pobres o migrantes, parados o sin techo, enfermos o presos– que esperan un gesto de atención y de cercanía, testimonio de la presencia dócil, pero eficaz del amor de Dios en medio de nosotros.
Hoy, los confines hasta los que hay que llevar este anuncio de esperanza son sin duda los geográficos, que tan a menudo se convierten en muros o dolorosas líneas de guerra; pero también los culturales y existenciales. Además, una aportación eficaz para superar la agresividad, la soledad y la marginación puede provenir de comunidades digitales, encarnadas en muchos casos por jóvenes.
Como escribe el poeta congoleño Henri Boukoulou: «¡Oh, divina esperanza! He aquí que en el sollozo desesperado del viento se esbozan las primeras frases del más hermoso poema de amor. ¡Y mañana es la esperanza!».
Letizia Magri y el equipo de la Palabra de Vida
Ciao.