viernes, 26 de diciembre de 2025

¿Las mejores figuras de un Belén? Podemos ser nosotros

No vino Dios a nuestra tierra para fugarse a continuación. Su nacimiento no fue un “sí pero no”. Todo comenzó en un establo y su pequeñez puso en evidencia la verdad o la falsedad de muchas vidas. Dios apareció para quedarse, para encarnarse y para poner a la humanidad en movimiento. Unos se dejaron llevar por la luz de la estrella y otros prefirieron la oscuridad de las cavernas. ¿Y tú? 

- Puedes ser pastor cuando representas la sencillez; sin coronas ni riquezas pero  tu  presencia con tu fe, generosidad y ternura vale mucho.

- Puedes ser ángel cuando tu voz es la voz de la esperanza e irrumpes en medio de las noches más amargas para dar buenas noticias y levantar si es necesario. Cuando intentas unir el cielo con la tierra allá donde te encuentras.

- Puedes ser mula si la impaciencia no te corroe. Cuando no entiendes el misterio pero te quedas aguardando. Cuando no eres protagonista, nadie se fija en ti pero eres constante.

- Puedes ser buey si eres fuerte ante la adversidad. Si no te quejas cuando crees que te cargan demasiado. Si acompañas y das abrigo sin pedir nada a cambio. Cuando sin saberlo eres apoyo en los momentos más difíciles de algunas personas

- Puedes ser oveja del belén si te dejas guiar hacia lo grande y no borrego hacia lo que es secundario. La inocencia es imprescindible para llegar sin miedo pero con corazón abierto a lo esencial; por ejemplo el pesebre.

- Puedes ser rey Melchor si te pones en camino. Si no te quedas en la riqueza de tu sabiduría o de la razón y, en cambio, buscas y preguntas por razones que nuestra razón no entiende: eso es fe. El oro será tu reconocimiento a Dios.

- Puedes ser rey Gaspar si no te conformas con lo que ves a tu alrededor. Si miras al cielo buscando una estrella no para estrellarte sino para caminar lejos donde Dios siempre tiene una respuesta. El incienso será tu oración.

- Puedes ser rey Baltasar si caes en la cuenta de que, Dios, nace para todos, para todas culturas y que cada historia aún siendo diferentes tiene un lugar junto al pesebre. La mirra es tu debilidad.

- Puedes ser Herodes cuando tienes miedo a perder influencia, poder. Cuanto te aferras a tus personales tronos y eres incapaz de ver más allá de ti mismo. El poder eclipsa muchos sentimientos y alimenta muchos egos.

- Puedes ser San José si haciendo el bien no haces ruido. Si cuidas y confías en lo que te rodea. Si amas con discreción y eres seguridad para los que se te acercan.

- Puedes ser Virgen María si dices un “SI” en aquello que merezca la pena. Si respondes con una fe sin reservas. Si  estás disponible y eres paciente aunque algunas cosas no comprendas.

- Puedes ser estrella si eres luz que orienta y que ilumina. Si no eres destello que sólo deslumbra y ciega a los que te miran. Si con tu fe eres capaz de levantar los ojos de algunos hacia lo más alto del cielo

- Y no olvides, en tu belén, colocar esa figura especial, invisible pero que sigue viva y que nunca se pierde ni ese estropea con el paso del tiempo: Los fallecidos. Ellos marcharon antes que nosotros para postrarse en el pesebre celeste y, nosotros, les recordamos porque formaron parte de la historia de nuestro belén de carne y hueso.

Javier Leoz Ventura

Ciao.


 

jueves, 25 de diciembre de 2025

El verdadero regalo de la Navidad


 La Navidad es una invitación a la pausa, a frenar el ritmo acelerado del año y escuchar de nuevo los susurros del corazón. El brillo de las luces y la abundancia de regalos son hermosos, pero la verdadera magia reside en lo que no se puede comprar ni envolver. En esta época, se nos recuerda el valor de los regalos que no caducan:

* El regalo del amor: No el amor de una tarjeta, sino el que se demuestra en un abrazo sincero, en el tiempo que dedicamos a escuchar o en el cuidado de nuestros seres queridos.

* El regalo de la esperanza: La Navidad nos recuerda que la oscuridad no es eterna. Es una luz que brilla para romper las sombras, un ancla para creer en un mañana mejor, incluso cuando el presente es difícil.

* El regalo de la familia y los amigos: Más allá de las celebraciones, la Navidad es un momento para reconectar con quienes amamos, fortalecer los vínculos y crear nuevos recuerdos que atesoraremos siempre.

* El regalo de la paz: La paz no es solo la ausencia de conflicto, sino un estado de calma interior, un momento para perdonar y perdonarnos, para llenar el corazón de serenidad.

Que esta Navidad te sirva para volver a lo esencial. Que en medio de las compras y las reuniones, encuentres un momento para sentir la gratitud por lo que tienes, para ser generoso con lo que puedes dar, y para abrir tu corazón a la alegría y la esperanza. Porque la Navidad, en su esencia, es un estado mental, un espíritu de dar y perdonar que llena el aire y, si se lo permites, también tu alma.

¡FELIZ NAVIDAD Y QUE EL NIÑO JESÚS NAZCA EN TODOS NUESTROS CORAZONES!

Ciao.

miércoles, 24 de diciembre de 2025

Una reflexión para esta Nochebuena

La Nochebuena es una oportunidad perfecta para hacer una pausa, más allá de las celebraciones y los preparativos. Es un momento para la reflexión personal y colectiva, para conectar con nuestros seres queridos y para recordar los valores que realmente importan. Aquí tienes algunas ideas para una reflexión en Nochebuena:

- 1. Agradecimiento por el año vivido:

* Reconocer los buenos momentos: Piensa en las alegrías, los éxitos y las risas que llenaron tu año. Agradece por la salud, el amor, los amigos y la familia que te acompañaron.

* Aprender de las dificultades: Considera los obstáculos y las lecciones que te dejó el año. Reflexiona sobre cómo superaste los desafíos y cómo te hicieron más fuerte.

* Celebrar los logros: Valora tus propios avances, grandes o pequeños. La Nochebuena es una buena ocasión para reconocer tu propio crecimiento.

- 2. Conectar con la familia y el amor:

* Valorar la unión familiar: La Nochebuena es un momento para recordar que no estamos solos, sino que estamos rodeados de aquellos que nos quieren. Siéntete agradecido por tenerlos cerca.

* Reconciliación y perdón: Utiliza la ocasión para dejar atrás viejas rencillas y perdonar, tanto a otros como a ti mismo. Es una oportunidad para renovar los lazos afectivos.

* Pensar en quienes no están: Recuerda a los seres queridos que ya no están físicamente, pero que siguen vivos en tu memoria y corazón. Comparte anécdotas con tu familia para honrar su recuerdo.

- 3. Pensar en el significado más profundo:

* Regalar amor y generosidad: Reflexiona sobre la verdadera esencia de la Navidad, que no está en los regalos materiales, sino en la generosidad, la solidaridad y el amor que se comparte con los demás.

* Esperanza para el futuro: La Nochebuena, tradicionalmente, se enfoca en la esperanza de un mañana mejor. Proyecta tus deseos y propósitos para el año que viene con una actitud positiva.

* Mirar a los demás: La historia de José y María nos recuerda que hay muchas personas en situaciones difíciles. Piensa en quienes sufren o necesitan ayuda y considera cómo puedes ser un apoyo para ellos.

- 4. Ideas prácticas para la reflexión en grupo:

* Brindis significativo: En lugar de solo brindar por el año nuevo, invita a cada persona a compartir una palabra que resuma su deseo para el próximo año.

* Círculo de gratitud: Pide a cada miembro de la familia que comparta algo por lo que está especialmente agradecido de este año.

* Escribir deseos: Antes de cenar, cada persona puede escribir un deseo o propósito para el próximo año en un papel. Pueden guardarlos y revisarlos la siguiente Nochebuena.

- 5. Reflexión final:

Recuerda que la magia de la Nochebuena se encuentra en la capacidad de detenerse y valorar lo que tenemos. Es una noche para llenar el corazón de amor, paz y gratitud, y para fortalecer los lazos con quienes más queremos.

¡FELIZ NOCHEBUENA!

Ciao.

 

martes, 23 de diciembre de 2025

Santa Claus y el Niño Dios: Una catequesis necesaria

En nuestra fe, la Navidad no gira en torno a un personaje, sino en torno a un misterio: Dios se hizo Niño por amor a nosotros.

El centro de la Navidad cristiana es Jesús, el Niño Dios, nacido en un pesebre, pobre y humilde, para traernos salvación.

Santa Claus forma parte de una tradición cultural (inspirada en San Nicolás, un santo real y generoso), y no es algo “malo” en sí mismo.

Pero no puede ocupar el lugar que solo le corresponde a Cristo.

Cuando ponemos a Santa como protagonista:

 • La Navidad se vuelve solo regalos

 • Se pierde el sentido del sacrificio y del amor

 • El pesebre queda en segundo plano

Cuando ponemos al Niño Dios en el centro:

 • Los regalos se entienden como signo, no como fin

 • La fe se transmite con verdad

 • Los niños aprenden que el mayor regalo es Jesús

Educar en la verdad no quita la ilusión, la purifica.

Decirle a un niño que el Niño Dios es quien trae los regalos no le roba la magia, le regala una fe que dura toda la vida.

 Porque la Navidad no es una fantasía bonita, es una historia real de amor eterno.

En Navidad celebramos el nacimiento de Cristo. Lo demás es secundario.

Católicos por amor

Ciao.

 

lunes, 22 de diciembre de 2025

La Navidad es el Amor hecho Niño

La Navidad no se arma de un solo momento, se construye como un rompecabezas en el corazón.

Cada pieza es un paso del alma: El Perdón que sana heridas antiguas, la Fe que sostiene cuando no todo tiene sentido, la Esperanza que vuelve a encender la luz, el Amor que se aprende a dar incluso con miedo, la Paciencia que espera sin desesperar, la Humildad que hace espacio para Dios.

Algunas piezas cuestan más encajar, otras parecen no tener lugar… Pero todas son necesarias.

Cuando permitimos que Dios acomode cada una, el corazón se prepara, el ruido se aquieta, y entonces la Navidad sucede de verdad.

Porque Jesús no nace en un corazón perfecto, sino en uno dispuesto a dejarse reconstruir.

Y al final, el rompecabezas completo tiene forma de pesebre, y en el centro… Amor hecho Niño. 

FamiliaCatolik

 Ciao.

 

domingo, 21 de diciembre de 2025

21 Diciembre: 4º Domingo de Adviento


 El cuarto domingo de Adviento se centra en la cercanía de la Navidad, la disposición de María a aceptar la voluntad de Dios ("Hágase en mí según tu palabra") y la idea de que el amor de Dios se encarna en cada persona. Es un momento para reflexionar sobre la importancia de la fe, la esperanza y el servicio, invitando a vivir con disponibilidad y a compartir ese amor y esperanza con los demás en el camino hacia la celebración del nacimiento de Jesús. 

El "sí" de María: Se reflexiona en la disponibilidad de María al aceptar el anuncio del ángel. Su respuesta, "Hágase en mí según tu palabra", se presenta como el modelo perfecto para que los creyentes acepten la voluntad de Dios en sus vidas. 

La encarnación de Dios: Este domingo subraya que Dios se manifiesta en el mundo a través de la encarnación en Jesús, pero también lo hace en la vida de cada persona. La Navidad es la encarnación de Dios en cada uno y la invitación a llevar esa experiencia a los demás. 

Confianza y alegría ante el miedo: Se enfatiza la importancia de superar los miedos (a la enfermedad, a la muerte, al futuro) y de confiar en la presencia de Dios, que nos acompaña. La actitud de María, al no temer, es un ejemplo de cómo convertir el miedo en confianza y alegría. 

Servicio y amor al prójimo: Se nos invita a pasar de una actitud autorreferencial a una de servicio, como la de Jesús. Se recuerda que la Navidad es un momento para estar cerca de los demás, compartir el amor y la esperanza, y practicar gestos de bondad y solidaridad. 

La figura de José: Se resalta el papel de San José, quien, al igual que María, asumió la vida tal como venía y asumió el rol de padre protector, mostrando un ejemplo de fe y entrega en medio de la incertidumbre. 

Ciao.

sábado, 20 de diciembre de 2025

No hay espacio para Jesús

Muchas veces decimos que la Navidad es importante… Pero en la práctica, no siempre la vivimos así.

Preparamos la casa, la mesa, la fiesta… Pero olvidamos preparar el corazón.

El pesebre, que debería estar listo para acoger al Niño Jesús, a veces termina lleno de ruido, de excesos, de licor, de vicios, de distracciones que nos alejan de lo esencial. Y sin darnos cuenta, Jesús queda fuera, sin lugar donde nacer.

La Navidad no es perderse, es encontrarse. No es el exceso, es la presencia. No es el ruido, es el silencio que nos permite reconocer a Dios que llega humilde y pequeño.

Jesús es el verdadero sentido de la Navidad. Él viene a traernos paz, esperanza, reconciliación y amor.

Abrámosle espacio en nuestro pesebre, en nuestra familia y en nuestra vida. Que esta Navidad no pase… Que nazca Cristo en nuestro corazón. 

Yo soy JUAN XXIII

Ciao.