domingo, 21 de diciembre de 2025

21 Diciembre: 4º Domingo de Adviento


 El cuarto domingo de Adviento se centra en la cercanía de la Navidad, la disposición de María a aceptar la voluntad de Dios ("Hágase en mí según tu palabra") y la idea de que el amor de Dios se encarna en cada persona. Es un momento para reflexionar sobre la importancia de la fe, la esperanza y el servicio, invitando a vivir con disponibilidad y a compartir ese amor y esperanza con los demás en el camino hacia la celebración del nacimiento de Jesús. 

El "sí" de María: Se reflexiona en la disponibilidad de María al aceptar el anuncio del ángel. Su respuesta, "Hágase en mí según tu palabra", se presenta como el modelo perfecto para que los creyentes acepten la voluntad de Dios en sus vidas. 

La encarnación de Dios: Este domingo subraya que Dios se manifiesta en el mundo a través de la encarnación en Jesús, pero también lo hace en la vida de cada persona. La Navidad es la encarnación de Dios en cada uno y la invitación a llevar esa experiencia a los demás. 

Confianza y alegría ante el miedo: Se enfatiza la importancia de superar los miedos (a la enfermedad, a la muerte, al futuro) y de confiar en la presencia de Dios, que nos acompaña. La actitud de María, al no temer, es un ejemplo de cómo convertir el miedo en confianza y alegría. 

Servicio y amor al prójimo: Se nos invita a pasar de una actitud autorreferencial a una de servicio, como la de Jesús. Se recuerda que la Navidad es un momento para estar cerca de los demás, compartir el amor y la esperanza, y practicar gestos de bondad y solidaridad. 

La figura de José: Se resalta el papel de San José, quien, al igual que María, asumió la vida tal como venía y asumió el rol de padre protector, mostrando un ejemplo de fe y entrega en medio de la incertidumbre. 

Ciao.

sábado, 20 de diciembre de 2025

No hay espacio para Jesús

Muchas veces decimos que la Navidad es importante… Pero en la práctica, no siempre la vivimos así.

Preparamos la casa, la mesa, la fiesta… Pero olvidamos preparar el corazón.

El pesebre, que debería estar listo para acoger al Niño Jesús, a veces termina lleno de ruido, de excesos, de licor, de vicios, de distracciones que nos alejan de lo esencial. Y sin darnos cuenta, Jesús queda fuera, sin lugar donde nacer.

La Navidad no es perderse, es encontrarse. No es el exceso, es la presencia. No es el ruido, es el silencio que nos permite reconocer a Dios que llega humilde y pequeño.

Jesús es el verdadero sentido de la Navidad. Él viene a traernos paz, esperanza, reconciliación y amor.

Abrámosle espacio en nuestro pesebre, en nuestra familia y en nuestra vida. Que esta Navidad no pase… Que nazca Cristo en nuestro corazón. 

Yo soy JUAN XXIII

Ciao.

 

viernes, 19 de diciembre de 2025

Luces de Adviento


 En este tiempo de luces, yo te pido Luz.

Luz para iluminar mis confusiones, mis líos y ambigüedades.

Luz para enfocar nuevos caminos y recordar los que ya anduve.

Luz para compartir con otros que andan a apagados o sin norte.

Y Luz para encontrarte, a Ti que vienes a oscuras, en la quietud de una noche, en la ingenuidad de una chiquilla. en las afueras de Belén.

Óscar Cala, SJ

Ciao.

jueves, 18 de diciembre de 2025

La esperanza va más allá del mero optimismo


 La esperanza va más allá del mero optimismo. El optimismo depende de si las circunstancias salen bien. La esperanza cristiana, sin embargo, encuentra su fuente en la fidelidad de Dios, que es constante, incluso en las peores situaciones. La verdadera esperanza no niega el dolor ni la incertidumbre, sino que los presenta ante Dios. Reminiscencia de la indiferencia ignaciana, la esperanza nos ayuda a encontrar a Dios en todas las cosas: En la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad, en la abundancia y en la escasez. La espera no debilita la verdadera esperanza, sino que la agudiza y nos enseña a perseverar y a confiar aún más profundamente.

En un mundo que valora las respuestas inmediatas, el Adviento nos hace ralentizar. Nos enseña a esperar y a encontrar a Dios trabajando en silencio, en los lugares ocultos donde la esperanza echa raíces. Cuando aprendemos verdaderamente a encontrar a Dios en los días ordinarios, en los momentos tranquilos y en nuestros anhelos sinceros, la esperanza se convierte en un espacio fértil de encuentro. La esperanza se convierte en nuestra motivación para sobrevivir al “hambre” que no puede matarnos. La esperanza se hace vida misma.

Compañía de Jesús en España

Ciao.


miércoles, 17 de diciembre de 2025

¿Sí o No?

Si digo «voy», y me quedo. 

Si canto paz, y golpeo. 

Si ofrezco pan y doy piedras. 

Si hablo de amor y lo niego. 

Si farfullo mil promesas para las que nunca hay tiempo, despiértame, Dios, pues duermo y sin saberlo ando ciego.

Si digo, «no», pero acepto. 

Si aunque proteste, me entrego. 

Si lo que rechazo hablando lo contradicen los gestos. 

Si hay más verdad y evangelio en mis obras que en mis versos, alégrate, Dios, pues vivo en tus brazos, aun sin verlo.

José María R. Olaizola, SJ

Ciao.

 

martes, 16 de diciembre de 2025

En medio del mundo (Meditación)


 Detente un momento. Respira despacio.

Dios está aquí.

No necesitas ir lejos para hallarlo: Él habita en el silencio que queda cuando cesan las prisas del corazón.

Tu trabajo, tus tareas, tus vínculos, todo puede ser lugar de encuentro con Él.

No busques grandes emociones, solo una mirada interior que diga: “Señor Jesucristo, estás aquí...Ten piedad de mí ".

Allí donde estás —en tu casa, en la calle, en el ruido— puedes cerrar los ojos del cuerpo y abrir los del alma.

Entonces todo se vuelve oración: El gesto, la palabra, el silencio, el cansancio.

Quédate unos instantes en esa presencia.

Deja que el amor te sostenga.

Y cuando retomes el camino, hazlo con serenidad:

Cristo camina contigo...

Ciao.



lunes, 15 de diciembre de 2025

A tiempo

A tiempo y a destiempo, en cualquier lugar, a cualquier hora, con el viento de espalda o un huracán a la contra; alegre o afligido, sereno o exaltado, descansado o exhausto, lleva el Amor por bandera.

No cejes en el intento de compartir la justicia.

No acomodes la Palabra en nombre de la prudencia, no adulteres la esperanza, proclama la Vida plena de quien con su voz nos llama y con su historia nos llena.

No niegues que eres apóstol, no olvides que eres profeta, portador de una noticia que ha de atravesar la guerra, que ha de romper las paredes y ha de fecundar la tierra.

José María R. Olaizola, SJ

Ciao.