¿Qué significa “Papa”? Desmintiendo mitos y conociendo la verdad.
En tiempos de Internet y Redes Sociales, no faltan las publicaciones que pretenden dar explicaciones llamativas pero erróneas sobre palabras sagradas para la Iglesia. Una de las más frecuentes es la falsa idea de que la palabra “Papa” es un acrónimo de origen latino, como Petri Apostoli Potestatem Accipiens (“el que recibe el poder del apóstol Pedro”). Esta afirmación, aunque ingeniosa, no tiene ningún sustento histórico ni lingüístico.
Un título que significa “padre”:
La palabra “Papa” proviene del griego πάππας (páppas), un término cariñoso y reverente que significa “padre” o “papá”. En los primeros siglos del cristianismo, este título no era exclusivo del obispo de Roma, sino que se empleaba en Oriente y Occidente para referirse a obispos importantes, como una forma de respeto por su autoridad pastoral.
Por ejemplo, aún hoy el patriarca copto de Alejandría es llamado “el Papa”, y en algunas fuentes antiguas se denomina así a san Atanasio, obispo de esa misma sede.
El título y el Obispo de Roma:
Con el paso del tiempo, en Occidente el título comenzó a identificarse especialmente con el obispo de Roma, sucesor de san Pedro. Fue el Papa Siricio (384–399) quien aparece entre los primeros en usar este título de manera solemne y exclusiva para sí mismo. Siricio también fue pionero en utilizar el plural mayestático en sus documentos —“decretamos”, “ordenamos”, “nosotros decidimos”—, imitando la fórmula de los emperadores romanos y destacando la dignidad de su oficio como pastor universal.
No obstante, la exclusividad del título “Papa” para el obispo de Roma no se consolidó de inmediato, sino de forma gradual. Fue hasta los siglos VI y VII cuando en el Occidente cristiano se reservó formalmente ese título solo al obispo romano.
¿Y el plural mayestático?:
El uso del plural mayestático, introducido por Siricio y adoptado por muchos papas posteriores, expresaba la majestad del oficio petrino y su dimensión colegial, en comunión con toda la Iglesia. Esta fórmula, sin embargo, ha caído en desuso en los tiempos recientes, especialmente a partir del Concilio Vaticano II, que promovió un estilo más pastoral y cercano. Hoy, la mayoría de los documentos papales están redactados en primera persona del singular.
Conclusión:
Lejos de las explicaciones forzadas o los acrónimos sin base, el título “Papa” hunde sus raíces en la tradición de la Iglesia antigua y expresa la paternidad espiritual del sucesor de Pedro sobre el Pueblo de Dios. Más que un título de poder, es un símbolo de servicio, de cuidado y de comunión con la Iglesia universal.
Como afirmó el Papa Francisco en una de sus primeras homilías: “El verdadero poder es el servicio. Y el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su vértice luminoso en la cruz.”
Ciao.
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