Dice Dios:
Yo no llamo a los buenos.
Yo llamo a los malos.
Los buenos ya tienen bastante con su bondad.
Tienen virtudes, valores, méritos, un historial de compromiso escrito en un libro de oro.
¿Para qué me quieren a mí?
Yo sólo puedo dar algo a los malos.
A los que siguen haciendo pecados después de haber prometido, mil veces, que van a ser buenos.
Yo les ofrezco el desierto, una tienda y mi compañía.
Es todo lo que tengo.
Les doy todo lo mío.
Para los buenos no me llega.
Y Jesús sube a un árbol de la plaza mayor y grita:
«Las prostitutas estarán delante de vosotros en el reino».
Patxi Loidi
Ciao.

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