martes, 19 de noviembre de 2024

Frontera

Vivimos en un mundo polarizado, no es ningún descubrimiento. Si yo digo A y tú eres de B, «lógicamente» estaremos enfrentados. Buscaremos argumentos y personas que nos reafirmen y separen, porque hablamos un idioma distinto.

Ante esa realidad, me resuena el que el Padre Adolfo Nicolás SJ,  defendiera que en las fronteras se hablan tres idiomas: el de un lado, el del otro y el del medio. Y por ello, invitaba a los jesuitas y a sus colaboradores a aprender precisamente aquel idioma que es puente, y que es tan sumamente complicado, puesto que puede ser siempre malinterpretado y utilizado.

Como digo, se trata de algo que no es nada sencillo. Puesto que todos tenemos o bien conocidos en un lado u otro de la frontera, o bien afinidades con uno de los territorios limítrofes. Cosa que puede impedirnos ser del todo libres, o ser una de las trampas que el miedo utilice para paralizarnos o hacernos dar un paso atrás.

Pero, lo cierto es que todos sabemos que este mundo necesita de gente de frontera que hable el idioma de la reconciliación y de la unión. En definitiva, personas que quieran aprender y practicar aquella lengua en la que habló y vivió Jesús, y en la que nos invita a adentrarnos en su Evangelio.

Se trata de una apuesta arriesgada, difícil, que provoca heridas, sufrimiento y que puede dejarnos cicatrices. Pero, es en definitiva el modo de ser del todo humanos, puesto que es el único que nos recuerda que somos hermanos.

Dani Cuesta, SJ

Ciao.

 

lunes, 18 de noviembre de 2024

Dinero

EL DINERO puede comprar una cama pero no sueños.

Libros pero no el cerebro.

Comida pero no apetito.

Votos pero no la conciencia libre

Adornos pero no Belleza.

Una casa pero no un hogar.

Medicinas pero no salud.

Placer pero no el corazón.

Lujos pero no cultura.

Diversión pero no felicidad.

Un crucifijo pero no un salvador.

Un banco en la iglesia pero no en el cielo.

Lo que el dinero no puede comprar Dios lo da libremente sin cobrar. Ya pagó alto precio en una cruz por ti y por mí.

Javier Leoz Ventura

Ciao.

 

domingo, 17 de noviembre de 2024

¿Por qué no se debe felicitar en el día de la mujer?

Aunque no sea el 8 de Marzo, fecha en la que celebra el Día de la Mujer, yo me acabo de hacer unas preguntas que cada año en ese día me pregunto, y que hoy os las traslado a todos vosotros a través de este Blog. ¿Qué opináis vosotros? ¿Estáis de acuerdo conmigo, o pensáis otra cosa distinta a la mía? Espero vuestros comentarios. Muchas gracias.

*¿Por qué no se debe felicitar en el día de la mujer?

Las mujeres no necesitan una felicitación, necesitan leyes que las amparen y les garanticen que no serán violentadas. Un mejor gobierno que brinde la seguridad necesaria en las calles, no un ramo de rosas.

*¿Qué se reivindica el día 8 de Marzo?

En este día, se reivindican los derechos fundamentales de las mujeres. Tanto su igualdad en la sociedad como su participación activa en todos sus ámbitos. Además, se pone en relieve la necesidad de eliminar cualquier forma de discriminación de género.

*¿Cómo felicitar correctamente el día de la mujer?

Pienso que la manera correcta para su felicitación podría ser: "Feliz día, mujer, porque tienes el coraje para perseguir tus metas y te llenas de entereza ante las dificultades. Mujer, celebra tu día con orgullo, porque eres la combinación perfecta entre el amor y la comprensión. Porque eres fuerte, luchadora y emprendedora. El Día de la Mujer Trabajadora es el 8 de marzo, y es tu día".

*¿Qué decirle a ellas en el día de la mujer?

“En el Día Internacional de la Mujer, debemos comprometernos a hacer todo lo posible para superar los prejuicios arraigados, apoyar la participación y el activismo y promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer”. António Guterres. Secretario General de las Naciones Unidas.

*¿Cómo definir a una mujer en una frase?

Frases del día de la mujer: “Una mujer interesante no es aquella que se siente halagada al ser admirada por su belleza y elegancia... Es aquella mujer firme de carácter que puede decir no, cuando sea necesario.” “Cada mujer es una obra de arte que ilumina los ojos de quien la mira. 

Ciao.

 

sábado, 16 de noviembre de 2024

La ingenuidad perdida

Hemos perdido la ingenuidad. Nos hemos vuelto escépticos, y ahora ya no creemos en los valores comunes. Hemos renunciado a la verdad. Aceptamos –qué remedio– la mentira de los propios como un mal menor. Jaleamos los golpes bajos cuando van dirigidos al enemigo (ya no hay rivales, sino enemigos). Detestamos la contrariedad. El mundo ha de adaptarse a uno. No sabemos amar. Unos, por exceso, confunden el amor con cualquier apetito. Y otros, por defecto, son incapaces de decir «te quiero» y que sea verdad. Consumimos noticias como si fueran parte del espectáculo cotidiano. Pasamos de la guerra a la tragedia doméstica, de la diatriba política a la entrevista punzante. Se nos van minutos que terminan siendo horas, días, semanas, viendo imágenes intrascendentes de vidas ajenas que no significan nada, pero se convierten en una prisión laberíntica. Hay que decir «¡Basta!» Y pelear por recobrar una nueva inocencia. Más curtida, quizás, menos cándida, pero aún capaz de valorar lo bueno, lo justo, lo bello y lo valioso. Hay que recobrar la capacidad de amar. Me niego a creer que no hay salida al laberinto.

José María R. Olaizola, SJ

Ciao.

 

viernes, 15 de noviembre de 2024

Dejemos entrar a los demás en nuestra morada interior

Es preciso que dejemos entrar a los demás en nuestra morada interior. Que acojamos con ternura al hermano o la hermana que nos solicita, que nos ejercitemos en la paciencia de quien se rinde a su invasión, aunque sea inoportuna, que le dejemos moverse con holgura por las habitaciones de nuestra alma. 

El otro, los otros, nos habitan y nos colman de gozo, si sabemos darles cabida en los arcanos de nuestro corazón, en el centro de las expectativas y vivencias de la menguada existencia de la que disponemos.

El servicio humilde nos hace descubrir una capacidad de ser habitados que, a veces, nos desconcierta de tan enriquecedora como es. Poderles servir es el regalo mayor que los otros nos hacen, porque adelgazan nuestro propio yo, ensanchan hasta límites insospechados nuestro horizonte de expectativas, y nos pueblan con una fecundidad ignorada y sorprendente.

Sólo podremos construir la nueva casa en la que sólo Dios será objeto de adoración callada en nuestras ciudades, si lo hacemos en la sinceridad de corazón y en la autenticidad de nuestra vida. Una casa construida en falso, sobre arena, es susceptible de ser arrastrada por las lluvias y el vendaval. La roca sólida para la acogida fraterna no puede ser otra que la franqueza, esa virtud en la que nos sentimos con las espaldas cubiertas, al abrigo de la crítica y la maledicencia de los demás. La recompensa es la apertura de corazón para los que, seguros, se pueden poner en nuestras manos, sin que su fama vaya a sufrir, sin que nadie vaya a manosear su intimidad.

En un mundo en donde se manipula con los afectos de los pequeños, en donde nadie puede abandonarse a otro sin recelar la indiscreción o la crítica, en donde avanzamos mirando con sospecha a quien nos observa, temiendo el golpe artero en la honra o en la dignidad, debemos, con firmeza, reclamar la urgencia de confiar en las personas que nos rodean, de arroparles con la tranquilidad de que son estimables y tienen derecho a su buen nombre. Así es como podremos renovar la oportunidad de que el Señor habite en nuestro mundo.

Chema Montserrat

Ciao

 

jueves, 14 de noviembre de 2024

No estás enojado

No estás enojado con el mundo, estás enojado contigo mismo. Lo demás es un reflejo de tu propio ego.

Todo lo que observas proviene de tu yo.

Todo lo que juzgas proviene de tu yo.

Todo lo que condenas proviene de tu yo.

De ti viene la belleza y la fealdad.

Lo bueno y lo malo, lo correcto e incorrecto.

La bella contemplación de la vida surge de ti.

Y de ti surge la critica y la condena al mundo.

De ti nace la paz y de ti nace la angustia.

De ti nace la alegría y de ti nace la amargura.

Eres el que percibe y también eres el que juzga.

¿Qué prefieres? ¿Percibir o juzgar? ¿Ser o Estar?

Sea cual sea el camino que elijas, es un caminar.

Algunos elegimos mirar desde el Corazón.

Ojo de Colibrí que contempla la belleza de la Flor.

Y así florece la paz, la armonía y la alegría.

Contemplamos las flores desde el corazón

Contemplador y Contemplación son uno.

No está bien, no está mal, es solo un caminar...

Desconozco el autor.

Ciao.

 

miércoles, 13 de noviembre de 2024

Bondad

Muchas de las clases del colegio o de la universidad caen en el olvido y no logran esquivar la monotonía, el peso de la rutina. Sin embargo, de vez en cuando algún profesor o algún tema logran quebrar esta inercia. Esto me ocurrió en una clase de filosofía cuando el docente explicaba la definición de “bien moral”. Esta refiere a todo aquello que promueve al ser humano en cuanto tal. A pesar de su brevedad y simpleza, esta me impactó porque pude captar la importancia y profundidad que subyace en ella. 

A mi entender, en la actualidad existe una profunda confusión sobre tan importante concepto. El “buen rollismo”, el libertinaje de opinión – distinto a la libertad de expresión-, la incapacidad para fijar límites, el consumismo existencial, la idolatría al cuerpo, la renuncia al esfuerzo, la absolutización de la diversidad son algunas de las amenazas que ponen en riesgo el sentido de dicha definición. 

De fondo existe un engaño: Pensar que todo esto no tiene costos, que podemos apoyar, sostener aquellas banderas sin que esto repercuta en nuestro día a día. Pero he aquí el punto que quisiera advertir: esto se paga. Hay cada vez más personas enfadadas, más inestables en sus proyectos de fondo, con relaciones banales, ahogadas por el sinsentido, con dificultades para trascender la cotidianeidad y vislumbrar un horizonte largo y profundo. 

En la vida, tarde o temprano, debemos enfrentarnos a encrucijadas existenciales. Allí se nos suelen presentar alternativas diversas que nos llevan por distintos caminos y que tienen un coste de decisión diferente. Con mucha frecuencia las decisiones que nos conducen por el camino del bien son cuesta arriba, desafiantes, contraculturales y nos hacen experimentar la soledad. Aún con este precio elevado, vale la pena seguir quemando naves en aras del bien, porque en última instancia este vence al mal y porque la época que nos toca vivir está ávida, tiene cada vez más hambre de este valor trascendente y divino.

Manuel Albiñana, SJ

Ciao