viernes, 19 de diciembre de 2025

Luces de Adviento


 En este tiempo de luces, yo te pido Luz.

Luz para iluminar mis confusiones, mis líos y ambigüedades.

Luz para enfocar nuevos caminos y recordar los que ya anduve.

Luz para compartir con otros que andan a apagados o sin norte.

Y Luz para encontrarte, a Ti que vienes a oscuras, en la quietud de una noche, en la ingenuidad de una chiquilla. en las afueras de Belén.

Óscar Cala, SJ

Ciao.

jueves, 18 de diciembre de 2025

La esperanza va más allá del mero optimismo


 La esperanza va más allá del mero optimismo. El optimismo depende de si las circunstancias salen bien. La esperanza cristiana, sin embargo, encuentra su fuente en la fidelidad de Dios, que es constante, incluso en las peores situaciones. La verdadera esperanza no niega el dolor ni la incertidumbre, sino que los presenta ante Dios. Reminiscencia de la indiferencia ignaciana, la esperanza nos ayuda a encontrar a Dios en todas las cosas: En la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad, en la abundancia y en la escasez. La espera no debilita la verdadera esperanza, sino que la agudiza y nos enseña a perseverar y a confiar aún más profundamente.

En un mundo que valora las respuestas inmediatas, el Adviento nos hace ralentizar. Nos enseña a esperar y a encontrar a Dios trabajando en silencio, en los lugares ocultos donde la esperanza echa raíces. Cuando aprendemos verdaderamente a encontrar a Dios en los días ordinarios, en los momentos tranquilos y en nuestros anhelos sinceros, la esperanza se convierte en un espacio fértil de encuentro. La esperanza se convierte en nuestra motivación para sobrevivir al “hambre” que no puede matarnos. La esperanza se hace vida misma.

Compañía de Jesús en España

Ciao.


miércoles, 17 de diciembre de 2025

¿Sí o No?

Si digo «voy», y me quedo. 

Si canto paz, y golpeo. 

Si ofrezco pan y doy piedras. 

Si hablo de amor y lo niego. 

Si farfullo mil promesas para las que nunca hay tiempo, despiértame, Dios, pues duermo y sin saberlo ando ciego.

Si digo, «no», pero acepto. 

Si aunque proteste, me entrego. 

Si lo que rechazo hablando lo contradicen los gestos. 

Si hay más verdad y evangelio en mis obras que en mis versos, alégrate, Dios, pues vivo en tus brazos, aun sin verlo.

José María R. Olaizola, SJ

Ciao.

 

martes, 16 de diciembre de 2025

En medio del mundo (Meditación)


 Detente un momento. Respira despacio.

Dios está aquí.

No necesitas ir lejos para hallarlo: Él habita en el silencio que queda cuando cesan las prisas del corazón.

Tu trabajo, tus tareas, tus vínculos, todo puede ser lugar de encuentro con Él.

No busques grandes emociones, solo una mirada interior que diga: “Señor Jesucristo, estás aquí...Ten piedad de mí ".

Allí donde estás —en tu casa, en la calle, en el ruido— puedes cerrar los ojos del cuerpo y abrir los del alma.

Entonces todo se vuelve oración: El gesto, la palabra, el silencio, el cansancio.

Quédate unos instantes en esa presencia.

Deja que el amor te sostenga.

Y cuando retomes el camino, hazlo con serenidad:

Cristo camina contigo...

Ciao.



lunes, 15 de diciembre de 2025

A tiempo

A tiempo y a destiempo, en cualquier lugar, a cualquier hora, con el viento de espalda o un huracán a la contra; alegre o afligido, sereno o exaltado, descansado o exhausto, lleva el Amor por bandera.

No cejes en el intento de compartir la justicia.

No acomodes la Palabra en nombre de la prudencia, no adulteres la esperanza, proclama la Vida plena de quien con su voz nos llama y con su historia nos llena.

No niegues que eres apóstol, no olvides que eres profeta, portador de una noticia que ha de atravesar la guerra, que ha de romper las paredes y ha de fecundar la tierra.

José María R. Olaizola, SJ

Ciao.

 

domingo, 14 de diciembre de 2025

14 Diciembre: 3º Domingo de Adviento


El tercer domingo de Adviento, conocido como el "domingo de la alegría" o Gaudete, nos invita a reflexionar sobre la alegría profunda y verdadera que proviene de la fe y la espera de Jesús. Se enfoca en la alegría espiritual, que se vive en la confianza en Dios a pesar de las dificultades y se manifiesta en la disposición a vivir con justicia y caridad, como predicaba Juan el Bautista. La verdadera alegría está en compartir la fe, en la confianza en los planes de Dios y en la preparación del corazón para recibir al Salvador. 
La alegría no es solo felicidad temporal: Es una alegría serena y profunda que nace de la confianza en que Dios está con nosotros y nos acompaña. 
La confianza en Dios: Se nos invita a confiar en Dios, incluso cuando la situación es incierta, reconociendo que Él cumple sus promesas a pesar de nuestras dudas. 
La preparación a través de la acción: La preparación para la llegada de Jesús no es solo interna, sino que se traduce en acciones concretas de caridad, justicia y honestidad en nuestra vida diaria. 
Compartir la fe y la alegría: La alegría de la fe no se guarda, se comparte. El ejemplo es María visitando a Isabel. 
El "SÍ" de María y nuestra propia respuesta: Reflexionar sobre la disponibilidad de María y preguntarnos qué "sí" podemos dar hoy a los planes de Dios. 
La humildad y la conversión: Aceptar nuestra propia debilidad nos acerca a la fortaleza de Dios. La invitación de Juan el Bautista es a la conversión y a vivir de manera diferente. 
Ciao.



 

sábado, 13 de diciembre de 2025

Dios no llama dos veces

Dios no llama dos veces. Su llamada es siempre la misma. Él es fiel, siempre fiel. Readapta, eso sí, a nuestras posibles respuestas. Lo podemos ver en las vidas de otros, pero lo vivimos en nuestras propias carnes.

Durante el verano la Iglesia recuerda a muchos santos (Santo Domingo de Guzmán, San Camilo, San Ignacio de Loyola, Santa Clara, San Alfonso Mª de Ligorio, San Cayetano, San Bernardo, San Buenaventura, ...). Acompañando a estas celebraciones, la liturgia escoge y propone lecturas que suele provocar en quienes las escuchan y las rezan la misma pregunta: ¿Qué estoy haciendo con mi vida? Las lecturas del tiempo ordinario, si se escuchan con corazón abierto, provocan lo mismo. Contienen muchas de las llamadas vocacionales que Jesús hace a sus discípulos ya sea desde el “no tengáis miedo, soy yo” de la pesca milagrosa, los encuentros con el hombre rico o con Nicodemo. Sea lo que sea, parece que en verano se nos invita a revisar nuestras vidas y preguntarnos cómo queremos comenzar el curso tras las vacaciones.

En esas estamos. Arrancando. Y por ello conviene dejar de lado los propósitos que no llegan ni al día de todos los Santos, para hacerte preguntas más profundas. No es lo que vas o no vas a hacer sino ¿Cómo quieres enfocar el año? ¿Quieres seguir evitando la llamada de Dios? Muchos dejan pasar los años y sin darse cuenta la vida ha decidido por ellos sin que ya nada puedan hacer por responder dándolo todo como Jesucristo les pedía hace años. ¿Piensas que tus planes son mejor que los que Dios tiene para ti? A ti te lo digo, joven que lees esto: confía en Dios, en su llamada y da el paso para comenzar un discernimiento serio. No es cuestión de dignidad ni de tus propias fuerzas. Dios insistirá el curso que viene. ¿Vas a dejarlo en visto?

Gregorio Montilla

Ciao.