lunes, 20 de agosto de 2007
Ten calma...
Desacelera el ritmo de tu corazón silenciando tu mente.
Afirma tu paso con la visión del futuro.
Rompe la tensión de tus nervios y músculos con la dulce música de los arroyos que viven en tu memoria.
Vive intensamente la paz del sueño.
Aprende a tomar vacaciones de un minuto, a detenerte a mirar una flor, a conversar con un amigo, a contemplar un amanecer o a leer algunas líneas de un buen libro.
Recuerda que vivir más intenso no quiere decir vivir más rápido y que la vida es más que aumentar la velocidad.
Mira hacia las ramas del roble que florece y comprende que creció grande y fuerte porque creció despacio y bien.
Ten calma, desacelera el paso y echa tus raíces en la buena tierra de lo que realmente vale, para así crecer hacia las estrellas.
Cada mañana, al despertar, pide a Dios que te de templanza y fortaleza para enfrentar las luchas cotidianas.
Ciao.
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2 comentarios:
Hola lojeda:
Me hicistes recordar algo que leí por ahí, que decía que para hacer las cosas bién y con amor, se tenia que hacer las cosas con conciencia, nos dejarnos llevar por el ritmo acerelado que llevamos a lo largo del día, que en una semana o menos nos damos cuenta. Te digo que me dí cuenta antes, y es cierto hay que llevar la vida con calma, la vida hay que vivirla, hacer las cosas con todo el amor del mundo, ver las cosas, controlarse cuando algo no resulta como uno espera, porque Dios sólo sabe, así como bservar el amanecer de un Día o la flor o fruto que está por nacer. Yo ahora rezo más, no se si es por que estoy en vacaciones, pero tengo tiempo, y se que que cuando empiece a trabajar también tendré tiempo. Para Dios siempre hay tiempo. Gracias por ayudarnos y que Dios y la Virgen te protega.
Tienes toda la razón, Luis, yo tambien pienso que vivimos demasiado deprisa y en el camino nos vamos dejando lo esencial, pero nunca es tarde si nos damos cuenta a tiempo.
Gracias por su visita y comentario.
Saludos
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