jueves, 15 de noviembre de 2007
El árbol de los problemas
Cuenta la historia que un granjero contrató a un carpintero para que reparara su vieja granja, y que acabó su primer día de trabajo por una serie de contratiempos. Su cortadora eléctrica se estropeó y lo hizo perder unas horas del trabajo. Después su camión no quiso arrancar. Entonces el granjero lo quiso llevar a su casa.
Viajaron en silencio y cuando llegaron a casa del carpintero, lo invitó a cenar con su familia. Mientras se dirigían hacia la puerta de la casa, se pararon ante un árbol que había delante de la casa y el granjero tocó sus hojas con las dos manos.
Cuando abrió la puerta y entró, ocurrió una sorprendente transformación: Su cara estaba llena de alegría. Abrazó a su esposa y a sus hijos, y les dió un cariñoso beso a cada uno.
Cuando acabaron de cenar, el carpintero quiso acompañar al coche al granjero, y cuando pasaron por el árbol, sintió una tremenda curiosidad por preguntarle por su transformación anterior, y le preguntó a qué se debía ese cambio.
- ¡Oh, ese es mi Árbol de los Problemas!, le respondió. "Sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: Los problemas no pertenecen ni a mi esposa ni a mis hijos. Así que cuelgo en el árbol cada noche los problemas cuando llego a casa. Luego, a la mañana siguiente los recojo otra vez. Lo divertido es que cuando voy a recogerlos por la mañana, no hay tantos como recuerdo haber colgado la noche anterior".
Bonita lección. Los que están a nuestro alrededor, no son culpables de los problemas que nos surgen a lo largo del día. Dejémoslos en la puerta, antes de entrar a nuestra casa.
Ciao.
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