Calidad humana

Muy poca gente habla de calidad humana.
Es esta época todos haban de la calidad de los productos, la calidad de los procesos, de los servicios, de los sistemas...
Muy poca gente habla de la calidad humana, de calidad de vida... sin ella, es una papriencia sin fundamento.
Hablar de calidad humana es cuidar nustros vínculos con los demás. En estos tiempo necesitamos rehacer los vínculos humanos. De nada nos sirve trabajar de sol a sol en un lugar dónde no tenemos amigos, y llegar cansados a nuestro hogar si nadie se interesa cómo nos fué durante el día de trabajo.
¿Para que trabajar tanto si al final estamos o nos sentimos sólos?
Es muy triste leer un libro si no tenemos a nadie con quien comentarlo; es doloroso sentirse mal o preocupado y no contar con alguna persona a quién abrirle nuestro corazón.
¿Para qué tener lo que no se puede compartir?
Ni las cosas ni el dinero tienen un valor por sí mismos. El valor de lo material está en el uso que le podamos dar si lo tenemos, pero nada más.
La belleza de tener está en poder compartir lo que tenemos.
La magia de luchar por una properidad económica está en poder ver sonreir a álguien cuando los hacemos partícipes de lo que ganamos y poseemos.
Eso es parte de la naturaleza humana: dar, convivir, amar, servir, compartir... ayudar...
Nos agobiamos con frecuencia de lo que los otros pensarán de nosotros, de lo que no podemos alcanzar...
Permitimos que nuestros miedos se interpongan en nuestros sueños. Decimos no, cuando queremos decir sí. Murmuramos cuando queremos gritar, después... gritamos a quién no teníamos que hacerlo... ¿Por qué?
Debemos pensar que pasamos por esta vida sólo una vez; no hay tiempo para tener miedos.
Así que intenta... intenta aquello que no has hecho y que deseas hacer...arriésgate... enfréntate como ganador a las cosas cotidianas.
El tiempo no vuelve. ¡No tienes nada que perder...y todo... por ganar!

Ciao.