martes, 22 de enero de 2008

El hombre y el animal



Por alguna razón oculta atribuimos a los animales los defectos que sólo tenemos los seres humanos:

No es falsa la serpiente cuando repta cigzagueando en su andar; es falso el hombre que deja su rectitud y anda por caminos sinuosos.

No es sucio el cerdo que se revuelca en el barro; es sucio en hombre que enloda su espíritu con conductas inmorales.

No es cruel la hiena que ataca a sus presas para alimentarse; es cruel el hombre que hiere y tortura a sus hermanos.

No es charlatán el loro que repite sonidos huecos; es charlatán el hombre que habla sin tener nada que decir.

No es cobarde la gallina que huye del enemigo por instinto; es cobarde el hombre que no afronta los riesgos de su situación.

No es astuto el zorro que se hace el dormido para atrapar a su presa; es astuto el hombre que simula para engañar.

No es mentiroso el tero que grita lejos de su nido para defender a su cría; es mentiroso el hombre que oculta la verdad que debería mostrar.

Tal vez, no se hace malo el hombre cuando se parece a los animales, y se hace malo el animal cuando se asemeja a los hombres...

Ciao.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias, querida Lourdes. Me hizo mucha ilusión tu comentario, el primero en mi blog. Haré un vínculo en mi página para que quienes me visiten, también puedan gozar de tus geniales textos, como éste. Felicidades por ser, ante todo, una persona que defiende los valores morales del ser humano y la libertad.