jueves, 7 de febrero de 2008

El ayuno



Ayer los católicos comenzamos la Cuaresma. El Miércoles de Ceniza nos marca la salida de esos cuarenta días, que nos conducen a la Pascua de Jesús.
Y precisamente ayer, me llegaba un mail de un amigo con un Power Point precioso.
Os lo dejo aqui para que lo reflexionéis si queréis:

EL AYUNO

Ayuna
de juzgar a otros.
Descubre a Cristo que vive en ellos.

Ayuna de palabras hirientes.
Llénate de frases sanadoras.

Ayuna de descontento.
Llénate de gratitud.

Ayuna de enojos.
Llénate de paciencia.

Ayuna de pesimismo.
Llénate de esperanza cristiana.

Ayuna de preocupaciones.
Llénate de confianza en Dios.

Ayuna de quejarte.
Llénate de aprecio por la maravilla que es la vida.

Ayuna de las presiones.
Llénate de una oración que cesa.

Ayuna de amargura.
Llánate de perdón.

Ayuna de darte importancia a tí mismo.
Llénate de compasión por los demás.

Ayuna de desaliento.
Llénate del entusiasmo de la fe.

Ayuna de ansiedad sobre tus cosas.
Comprométete en la propaganda del Reino.

Ayuna de pensamientos mundanos.
Llénate de las verdades que fundamentan la santidad.

Ayuna de todo lo que te separe de Jesús.
Llénate de todo lo que a Él te acerque.

Ciao.

1 comentario:

Armando Vallejo Waigand dijo...

Es una buena idea darle forma y sentido a nuestras prácticas religiosas. Esa es una de mis mayores «obsesiones»: lograr que los cristianos entendamos nuestra fe y sepamos por qué hacemos lo que hacemos, alejándonos de las tradiciones vacías y la rutina. Todo lo que se haga en beneficio de ello suma para que vayamos convirtiéndonos en creyentes con una fe madura. Por eso, tu post, que profundiza en el sentido del ayuno cuaresmal —ese gran desconocido—, es un regalo hermoso y muy útil.

Saludos.