
Felices los que al encontrarse con los demás sonríen y regalan un minuto de su tiempo.
Felices los que dan su vida, sin que otros tengan que pedírsela.
Felices los que no recuerdan los errores que las personas han cometido.
Felices los que ayudan a los demás a revivir los más bellos recuerdos.
Felices los que escuchan con paciencia y sin mirar el reloj.
Felices los que respetan a las personas mayores, sin recordarles sus limitaciones.
Felices los que acogen a los niños como el gran tesoro de la vida.
Felices los que muestran a Dios en todos sus actos y con toda su vida.
Ciao.
3 comentarios:
Muy hermosa esta entrada. Ojala lo podamos poner en practica.
Un abrazo, Teresa
Uf pues sí... felicísimos aquellos.
Una nueva forma de ver las bienaventuranzas en el siglo XXI.
El lunes ofreceré una entrada digna sobre los resultados del festival. Espero que lo veas tu también.
Un beso. Javi.
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