
Hay un relato de un preso muy curioso:
Era un hombre que había sido encerrado en el calabozo de un pueblo, donde un ventanuco enrejado daba al exterior. Todos los días el preso se asomaba al ventanuco y comenzaba a reírse de la gente que veía en la plaza del pueblo. Extrañado, el guardián le preguntó al preso:
-¿Puedes decirme de qué te ríes?
Y el preso contestó:
-¿Cómo de qué me río? De todos ésos. ¿No ves que están presos detrás de estas rejas?
De la misma manera, el hombre común vive autoengañado, y en su posición alienada llega a ser tan necio que se proclama una libertad y una armonía que no posee, e incluso llega a subestimar a aquellos que son mucho más avanzados que él.
De acuerdo a la Sabiduría de Los Vedas la verdadera realidad es que todos estamos presos.
Primeramente, estamos presos dentro de este cuerpo material burdo y sutil, porque nuestro verdadero ser es de constitución espiritual que nada tiene que ver con este mundo de la materia densa. Y luego también, estamos presos en este mundo material, porque como seres espirituales y eternos que somos, nuestro verdadero hogar es otro, es el mundo espiritual.
Ciao.
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