
Me parece, Señor, que sería capaz de llevar a cabo algunos actos extraordinarios de una vez...
Una acción que movilizara todo mi ser, al conmoverme por una miseria, al rebelarme ante una injusticia, ante el peligro de uno de los míos...
Creo algunos días que sería capaz de arriesgar mi vida, incluso darla, por un ideal, por la persona amada, por mis hijos, y hasta quizá otros.
Y si esta idea, secretamente, me permite sentirme algo orgullosa, también me tranquiliza, porque tú nos dijiste, Señor, que dar la vida por los otros es la mayor prueba de amor que puede existir.
Pero lo que me humilla, y me desanima con frecuencia, es que soy incapaz de dar mi vida poco a poco, en trocitos, día a día, hora a hora, minuto a minuto, dar, dar siempre, ... y darme.
No puedo, pese a ser lo que seguramente me pides.
¡Es tan sencillo lo que tú deseas de mí, Señor!
Es demasiado fácil... y demasiado difícil a la vez...
Hacer cada día lo que tengo que hacer, paso a paso hoy, paso a paso mañana, por el camino de cada día.
Caminar cada día con los que están a mi lado, con mis amigos, con mis vecinos y con todos mis hermanos.
Cada día a cada instante, luchar para vivir como Tú quieres que viva y luchar con los otros para que todos los hombres puedan vivir humanamente.
Dar cada día mi vida poco a poco a través de mil gestos posibles de amor, que no se notan por los ordinarios como son, y que no llaman la atención por su sencillez, pero que has dicho que los necesito para tejer una ofrenda y para que un día , pueda decir de veras: di toda mi vida por mis hermanos.
¿Por qué inventaste, Señor, la duración del tiempo, la fidelidad en las pequeñas cosas y el amor exigente?
Muchas veces he soñado que daba toda mi vida a otros, e imaginaba, inconscientemente, que para conseguirlo bastaba un solo sí, un solo gesto, un solo ofrecimiento. Pero descubro que se necesitan millares de gestos, quizás millones para que Tú estés contento conmigo.
Soñé una vida que ardiera en grandes gestos, y descubro que se tiene que ir consumiendo lentamente, alimentada con pequeñas astillas que reaniman las llamas sin cesar para que no se apaguen.
Volver a empezar siempre, siempre.
No puedo, Señor, y tengo miedo de que cuando delante de Ti, a tu luz, contemple toda mi vida, descubra entonces que junto a algunos instantes de entrega, habré rechazado miles de oportunidades que Tú me pedías y no te escuché...
Y Dios me dijo:
"Es verdad, hija mía, que en alguna ocasión, has tenido la oportunidad de ofrecer toda tu luz en algunos momentos. Pero la mayoría de las veces, te he pedido a ti y a tus hermanos que encendáis pequeños destellos de amor en la profunda noche de vuestra vida.
No te quejes, no juzgues.
Porque, ¿Quién te dice que millones de lamparillas encendidas a lo largo de una larga vida no iluminarán más que el estallido de los fuegos artificiales?
Además, hija mía, no te pido que triunfes siempre, sino que lo intentes, y, sobre todo, escúchame, te pido que por fin aceptes tus limitaciones, que reconozcas tu pobreza, y que me la des, porque dar la vida no consiste sólo en dar las propias riquezas, sino también la pobreza e incluso los pecados.
Hazlo, hija mía, y con trocitos de vida derrochados y por ti entregados a todos los que esperan, yo llenaré tus vacíos, dándote la plenitud, porque en mis manos tu pobreza ofrecida se convertirá en riqueza... por toda la eternidad."
Ciao.
2 comentarios:
Ante todo buenas noches Lourdes:
Como siempre tan acertadisima, efectivamente, eso mismo me pregunto yo cada día, es una tarea dificil, hoy mismo ibamos para la playa, y pensaba, realmente no soy libre, realmente, me doy lo suficiente, los apegos, las cosas te hacen muchas veces no vivir en libertad, te hacen muchas veces no darte lo suficiente, y en determinados momentos vienen los cargos de conciencia, casi siempre cuando es demasiado tarde para poderlo enmendar, dar la vida es lo mejor, lo más bello que Dios nos ha querido regalar, las mujeres damos la vida al engendrar, pero también se da la vida consolando, apoyando, trabajando, cuidando, colaborando, y dejandonos llevar por Dios.
Ay Lourdes claro que es dificil, vaya si es dificil y vivimos haciendo buenos propositos y repitiendoloes y soplandonos a nosotros mismos para volver a empezar como tu dices siempre, siempre. Pero si de algo debemos ser concientes es que tambien alli esta el Creador, que nos va tendiendo la mano firme, paternalmente.
Publicar un comentario