En un mundo tan ruidoso como el que tenemos, dejamos de disfrutar de los miles de sonidos, que la naturaleza y nuestro propio cuerpo nos mandan a diario y no los podemos escuchar.
Nos perdemos esos sonidos, que pueden llegar a relajarnos en momentos de tensión o estrés, y por obviarlos permanecemos ajenos a ellos.
Aquí os dejo un ejercicio relajante, para poder disfrutar de todo lo que nuestro mundo exterior e interior nos ofrece, ahora que por las vacaciones, tenemos más tiempo para la meditación y la relajación.
Espero que lo disfrutéis.
Siéntete en una silla, derech@ pero cómod@, con la espalda pegada a su respaldo. .
Ahora sólo haz caso de los sonidos que escuches, sonidos lejanos. Simplemente óyelos, no intentes ni siquiera darles nombre....
Hazte consciente de los sonidos más ligeros, y luego de los sonidos que se hallan más cerca.
Sólo escucha, hazte consciente de ellos...
Y ahora escucha el sonido de tu propio corazón, un sonido bajo, que es el sonido de tu propia vida....
Y luego el sonido del silencio en tu lugar de oración, el silencio dentro de ti mism@....
Escúchalos durante unos minutos.
Ciao.
1 comentario:
Interesante, muy interesante, lo pondré en práctica, soy muy impulsiva y muchas veces se aprende más escuchando que hablando.
besos Lourdes.
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