La vida nos ha llenado de ruidos innecesarios. Músicas y prisas, tensiones y urgencias, mensajes, noticias...
Vale la pena apagar aparatos que nos bombardean sin cesar, vale la pena encontrar lugares para que el corazón se abra a Dios, al hermano, a uno mismo.
Nuestras almas necesitan momentos de silencio. Para reflexionar, para pensar, para recordar, para proyectar, para oír la voz profunda de un Enamorado eterno.
Desde el silencio de lo accesorio será posible abrirse a mensajes de vida y de esperanza. Descubriremos el diálogo que surge entre la naturaleza y el hombre.
Mil mensajes de belleza llegarán a lo profundo de la vida, más allá de las prisas cotidianas, más adentro de emociones superficiales que dejan huellas pasajeras.
Desde el silencio abriremos la conciencia a las voces que nos piden menos egoísmo y más justicia, menos rencor y más bondad, menos avaricia y más entrega. Oiremos llamadas de pobres de comida o de afecto, de amigos olvidados y heridos, de soñadores que buscan a alguien que les dé una mano para construir un mundo un poco más bueno.
Oiremos los gemidos del Espíritu, que pide pureza y esperanza, amor activo y fe sencilla, prudencia sana y valentía verdadera. Abriremos el corazón a la voz del Padre que nos repite, como un día en el Jordán, que "Jesús es su Hijo Amado", que le escuchemos, que le dejemos un lugar en nuestras vidas de peregrinos inquietos.
El alma sedienta pide momentos de silencio. Dios mismo nos invita al desierto, para sanar heridas, para renovar pactos, para susurrarnos al oído, con su voz de Padre bueno, que nos ama con amor eterno.
Ciao.
2 comentarios:
Te recomiendo este blog creado por un amigo sacerdote
http://laetarejerusalem.blogspot.com/
Saludos
Silencio, que importante, es la forma de poder escuchar la voz de Dios. Nuestro mundo es muy ruidoso, y hace que se nos pase el hablar más de una vez con nuestro Padre por eso es importante, crear una cita diaria al igual que se hace con otras citas, y cumplir ese ratito, tan intimo tan importante.
Un beso Lourdes.
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