miércoles, 20 de agosto de 2008

¿Quién se resiste a un niño? (Otra crónica de mi a migo el misionero)

Veo que os ha impresionado la crónica de mi amigo Luis Fernando, y he pensado editar hoy y mañana lo que hasta ahora ha editado en su blog para que así tengáis las tres entradas seguidas.
Creo que que merece la pena que conozcáis. En su blog vienen las fotos de los niños que aquí nombra, pero yo he puesto este dibujo, porque no quiero identificar a los niños. Así sólo queda el texto y no las caras. ¿OK?
Aquí os dejo la segunda entrega.
El título es:
"¿QUIÉN SE RESISTE A UN NIÑO?", y dice así:

Es difícil decir que no a un niño cuando ese niño te mira a los ojos y te suplica con todos los poros de su piel que le atiendas, que juegues con él, que le des cariño, que le des un pan o comida. Sus nombres son: Adonis, Miguel, Lenín y Cristian, son nuestros vecinos. Adonis tiene dos años y su hermano Miguel seis; Lenín tiene cinco o seis y su hermano Cristian dice que tiene ocho. Ninguno sabe nada de leer o escribir y no han ido nunca a la escuela. Pasan el día jugando en la calle medio desnudos. Su desnutrición es más evidente en unos que en otros.

En los últimos días estos niños, mis vecinos, las personas con las que más de cerca convivo, provocan en mi una reflexión que no deja de inquietarme. Ellos, con su situación no dejan de reclamar mi respuesta, sin quererlo me hacen responsable de alguna manera de ellos. Todo el día me están llamando: “pade, pade” golpean la puerta, piden pan, gritan, se suben por las rejas... y si consiguen meterse dentro de la casa lo difícil está en cómo y cuándo hacerlos salir.

De pronto me han hecho pensar en esa división creada entre “primer” y “tercer mundo”, entre los empobrecidos que no queremos ver y aquellos que vivimos acomodados, cuya preocupación fundamental no es, como en ellos, sobrevivir. El hecho de venirme a vivir aquí me acerca de una forma peligrosa a ese mundo que a través de los niños se me hace más patente a mi lado.

¿Cómo escuchar constantemente el grito de un niño que te dice: “dame pan”, un niño que está sucio, que no tiene la más mínima atención a mi modo de ver, un niño que te mira con sus ojos grandes, sonriendo con una sonrisa que derrite un iceberg?

Lenin sabe perfectamente lo que quiere cuando viene a ti y tiene hambre. Si no le has dado nada él se niega a irse de la casa. Se mantiene firme con su cara seria. Es el más decidido y el que te dice directamente: “no hemos comido”. Cuando come es el que más manifiesta su alegría y realmente es el que más síntomas de desnutrición demuestra. Adonis reclama sobre todo cariño. Se te enreda, te abraza, te besa, quiere estar junto a ti. Te toca con sus manos siempre sucias de arena, de mocos, de barro y de restos de comida. Es el más pequeño y acusa fuertemente la falta de cariño. Su vestimenta habitual, si es que no va en pelota picada, es una camiseta un pantaloncillo, pero es raro que lleve las dos cosas. Sus ojos se iluminan cuando me ve por la calle e inmediatamente se engancha de mi mano y ya no me suelta. Apenas se entiende lo que habla, pero fundamentalmente quiere que estés con él, que lo toques, que le des juego, que lo mires.

Miguel es el más callado, el más pasivo y tímido aparentemente. Pero cuando entra en la casa con sus hermanos es el más difícil de sacar. Se escapa y se adentra y no quiere salir, a veces ni te has dado cuenta y se ha quedado dentro. No habla apenas pero reclama que le des lo mismo que a los otros. Es más oscuro, más difícil de conocer. Cristian, el mayor, es un caso, él estaría dispuesto a todo por vivir con nosotros en la casa y te lo dice: yo les barro y les limpio la casa, yo se la cuido cuando salgan. Te mira con cara de lástima. Es el más dócil y fácil de convencer y es un poco líder del grupo por la edad. Te cuenta cosas, historias, a veces tengo la sensación de que inventa para impresionar: no comemos, nos pegan, nos encierran y nos dejan solos, he soñado que mataban a mi mamá... Un día lo vi solo y triste por la calle y la verdad, me partió el alma. ¿Qué habrá en el corazón de estos niños?

VICTIMAS DE UNA SOCIEDAD VIOLENTA (II Parte)

Se han ido, las dos familias de los niños se han tenido que marchar. Hace unos días, en concreto el domingo pasado, hubo una gran pelea en el pueblo, se escucharon varios disparos, gritos y gente correr. Mi compañero salió valientemente a poner paz y volvió con tres niños que estaban en la casa donde se originó todo. Uno de ellos era una bebé de meses que cuidé por unas horas hasta que volvió la abuelita del hospital de Esmeraldas, ella era una de las heridas de todo el jaleo.

A consecuencia aquella macro-pelea han surgido nuevas enemistades y amenazas que han hecho que algunos tengan que salir huyendo del pueblo. Entre ellos las dos familias de nuestro vecinos: Adonis, Miguel, Cristian y Lenin.

Una de estas familias, la de Lenin y Cristian se fueron antes de que pudiéramos enterarnos. Al día siguiente Miguel me contó con su media lengua: “se fueron porque iban a matar a su mamá”. Enseguida recordé que una semana antes Cristian me había contado que había pasado muy mala noche porque soñaba que a su mamá la querían matar y yo le calmaba tratando de quitarle la idea de la cabeza. Cuando ahora escuchaba a su primo contarme esto me quedé helado. ¿Es posible que el niño ya estuviera percibiendo algo? O ¿quizás el problema se venía urdiendo desde antes y el niño lo había captado?

Un día después ha llegado a nuestra casa la mamá de Adonis y Miguel con los dos a pedirnos ayuda para salir con todo en la madrugada del día siguiente, tienen miedo y el marido anda escondido. Los niños andaban apegados a la mamá, ya no tan comunicativos como antes, se percataban de todo.

En cuestión de varios días han desaparecido de nuestra calle estas dos familias que vivían alquilando una casita de caña, una chozita, en la esquina de enfrente. El Señor quiera que donde vayan tengan una vida un poco mejor, y si no tienen mucho, al menos que vivan en paz. Era increíble ver aquella misma mañana a Adonis, con dos años, como imitaba con una pieza de hierro como una pistola y lo perfectamente que tomaba la posición con todo su cuerpo mientras gritaba como disparando: pan, pan, pan...

Por hoy esto esto es todo. Pronto os pondré una tercera entrega.

Ciao.

5 comentarios:

Anaroski dijo...

Querida Lourdes:

Si impresionante era el de ayer, el de hoy te hiela la sangre. Mientras lo leía, no he podido evitar pensar en mis hijas, Ana 8 años, Lucía 3 años, Blanca 8 meses. Y es que realmente no sabemos, cuanta gracia hay que dar todos los días a Dios, en primer lugar por vivir, en segundo lugar por estar sanos, en tercer lugar por la familia, en cuarto lugar por tener techo, por tener comida, por tener ropa en ocasiones hasta la exageración, por tener posibilidad de recibir educación, por conocer a Dios, por tener Fé, por nuestro matrimonio, por nuestros hijos. Esta noche dormiré dando aún más gracias a Dios que el resto de los días, esta noche me quedaré pensando ¿que han hecho esos niños, o que no han hecho? Cuantas cosas para agradecerle tengo, y ese sentimiento debe de primar todos los días en nuestros corazones y en nuestras mentes, la pena que se nos ensucia de vez en cuando, pero bueno, también tenemos a Luisa para recordarnos con su post del otro día que tenemos el ariel de las almas el sacramento de la confesión. Gracias Lourdes por compartir con nosotros esta realidad, creo que deberíamos recordar esto a diario, así daríamos menos importancia a tantas cosas inútiles que nos preocupan y nos quitan el sueño.

Y como todas las noches, buenas madrugadas guapa.

lojeda dijo...

Ana, esta ha sido mi intención. Sensibilizar a las personas que podrían leer estos post, a que hay realidades tremendas, que desde este mundo nuestro, acomodado y sin privaciones, desconocemos o no queremos enterarnos, y estos testimonios nos enseñan que hay otro mundo, otras personas, que casi siempre son niños, que sufren porque la vida no les ha dado otras oportunidades.
Pero otro motivo de estas publicaciones, es el de valorar la Misión de la Iglesia Católica, que parece que no hace nada, y desempeña una gran labor asistiendo a todas estas personas con su amor desinteresado, porque ni los gobiernos ni los organismos oficiales, son capaces de darles.

Besazos

alter-ego dijo...

Más duro la esclavitud que aún sigue vagando por este mundo y no hay gobierno que lo pare.Saludos Lojeda y Anarosky

JAVI DE JAEN dijo...

Querida Lourdes
A más de uno mandaba yo a las misiones para ver si se reverdecia.
Los que hemos mamado del espiritu misionero, nos cuesta entender algunas actitudes de algunos que se dicen llamar "cristianos"...Que recuerdos me traes de claretianos. Gracias a Dios lo que sobraba y su pareja ya se han despedido de donde tu ya sabes, aunque sea ahora, más vale tarde que nunca. Espero que encuentre la paz, la tolerancia y el amor que le falta.
Creo que me entiendes ¿no?
Abrazos.
Javi

lojeda dijo...

Javi, perfectamente. Yo también mandaba a más de uno a que sufra un poco y sepa de verdad lo que es dar la vida, por eso Iglesia que los ordenó un día para proclamar el Evangelio, pero gracias a Dios hay otros que lo dejan todo y sirven de ejemplo para los cristianos de a pié como nosotros.
Un besazo

Luisa y Alter, gracias también a vosotros por vuestra visita y comentarios. Besitos a los dos