Por muchos problemas y dificultades que se nos presenten en la vida, recuerden que Dios nos ama y nos cuida; Él es nuestro piloto.
Una vez, un señor abordó un avión para viajar a Nueva York. Un niño entró buscando su asiento y se sentó al lado suyo.
El niño era muy educado y pasó el tiempo coloreando en su libro de pintar. No presentaba rasgos de ansiedad ni nerviosismo al despegar el avión.
El vuelo no fue muy bueno, hubo tormenta y mucha turbulencia. De momento una sacudida fuerte, y todos estaban muy nerviosos, pero el niño mantuvo su calma y serenidad en todo momento.
¿Cómo lo hacía?, ¿Por qué su calma?…
Hasta que una mujer frenética le preguntó:
– Niño: ¿No tienes miedo?
– No señora”, contestó el niño y mirando su libro de pintar le dice:
-”Mi padre es el piloto”.
A lo largo del camino nos vamos a encontrar con sucesos que nos sacudan como en una turbulencia.
Habrá momentos en los que no veremos el terreno sólido y nuestros pies no pisarán lugar seguro. No veremos dónde sostenernos, estaremos inseguros. En esos tiempos hay que recordar que nuestro PADRE es el piloto.
A pesar de las circunstancias, nuestras vidas están puestas en el Creador.
Así que la próxima vez que llegue una tormenta a tu vida o si en este momento estás pasando por una, alza tu mirada al cielo, CONFÍA y di para ti mismo: ¡Mi Padre es el piloto!
Ciao.
6 comentarios:
Bueno yo en vez de decir mi padre es piloto, cuando no puedo más, miro al cielo, y digo, yo ya no puedo más, ahora o me llevas tu o me la pego, y notas como te habla sin hablar, y como las cosas se recomponen y ves con mayor claridad.
Un abrazo.
Bonito post.
Yo soy mas como anaroski, porque a mi el tema de los vuelos y los pilotos me da un poco de repelus, y ahora mucho más...Por cierto no sabía que tu hijo se había ido a vivir a Irlanda.
Un abrazo.
Hola, Lourdes:
Te he puesto deberes en mi blog. Sólo si te apetece.
Un abrazo.
Mi forma de decir "mi padre es el piloto" es rezar una oración en el momento del despegue, otra a mitad de camino y una tercera en el momento del aterrizaje.
Un beso.
Hola Lojeda,tiene absoluta confianza al igual que tenemos con Nuestro Señor,confiamos en él..
Lurdes, buenas tardes muy bueno el cuento, que puede ser una realidad, yo la pocas veces que he viajado en avión siempre he pedido que tenga un buen día el piloto.
Y si tuviese un millón de amigos tendría colapsada la red, así que con unos pocos amigos, como los que ya tengo me considero rico.
Me gusta mucho tu blog.
Un Abrazo
Ángel
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