martes, 21 de octubre de 2008

Proverbios de Gibrán Jalil Gibrán



Si fueras extremadamente cuidadoso al escribir, ¡y sólo Dios sabe por qué habrías de serlo!, Sentirías la mas imperiosa necesidad de conocimientos, arte y magia. Conocimiento de la música de las palabras; el arte de evitar artificios; la magia de amar al lector. La inspiración canta siempre: ¡nunca dará explicaciones!

Poesía es la ciencia que canta al corazón; ciencia es a poesía que canta en el cerebro. a Si pudiera cantar el corazón con la misma ciencia que canta la mente, el hombre viviría a la sombra de la Dios. El pensamiento es la piedra de tope en la senda de la poesía.

La mitad de lo que digo no tiene sentido, pero lo digo para que se entienda el sentido de la otra mitad. Cuando cantáis, los hambrientos os escuchan con el estómago.

La canción que guardó silencio en el corazón de una madre, canta en los labios de su hijo. ¡Con qué estrecho criterio se enaltece su laboriosidad a la hormiga, en desmedro del canto de las cigarras!

EL arte es un paso que la naturaleza da hacia el infinito. Más deslumbra la belleza al corazón que la añora, que al ojo que la mira.

Una gran belleza me cautiva; pero una belleza todavía mayor, me libera hasta de ella misma. Si el amor no está siempre retoñando, estará siempre marchitándose.

¿Fue el amor de la madre de Judas menor que el amor de María por Jesús? El amor y la duda nunca hacen buena pareja.

Todo hombre ama a dos mujeres: una es hija de su imaginación; la otra aún no ha nacido. Recuerdo a una mujer sentada entre dos hombres: una de sus mejillas estaba pálida, sonrojada la otra.

El hombre que no perdona a la mujer sus pequeños defectos, jamás disfrutará sus grandes virtudes. Cuando dos mujeres hablan, nada dicen. Cuando una mujer habla, revela la vida entera.

La amistad siempre es una responsabilidad; nunca una oportunidad. Quien no comprende al amigo en todas las circunstancias, no lo comprenderá en ninguna.

El desacuerdo puede ser el camino más corto entre dos mentes. Puede olvidarse aquel con quien se ha reído ¡nunca aquel con quien se ha llorado!

Nada debemos a ningún hombre: se lo debemos todo a todos los hombres. Todo hombre es descendiente de todos los reyes y de todos los esclavos que han existido.

Verdadero hombre justo es aquel que se considera a medias culpable de las malas acciones de los demás. ¡También puede un hombre suicidarse en defensa propia!

La tortuga tiene más que contar del camino que la liebre. ¡Dios me haga presa del león, antes de convertir al conejo en presa mía!

¡No se puede a un tiempo reír y rabiar! Marcharé con los que avanzan: ¡No me detendré a ver pasar el cortejo!

Quien se llenase de todo lo que se sabe ¿ qué espacio dejaría para todo lo que no se sabe?

Estos son algunos de los proverbios del poeta libanés Gibrán Jalil Gibrán (1883 - 1931) que tomaron de una antología escrita por el poeta Floridor Pérez. Muchos conocen al libanés como Gibrán "Khalil" Gibrán, y sobre esto agrego la siguiente nota textual extraída de la antología de Floridor a Péres: “En español la letra inicial árabe de Ja lil se denomina Ja , y su transcripción más fiel es nuestra j. La K h que figura en otras versiones proviene de la transcripción inglesa (Gentileza del Centro de Estudios Árabes de la Universidad de Chile).”


Ciao.

4 comentarios:

Anaroski dijo...

Tienes una noticia en exclusiva en mi blog, espero que sea de tu interés.

Un abrazo.

Anaroski dijo...

No debemos de juzgar por las apariencias, a nadie, eso nos precipita al error.

Buenas madrugadas.

ARCENDO dijo...

Siempre me gustó Jalil Gibrán, como coincidimos, me atrevo a hacerte una preguntita: ¿a que también te gusta Tagore? ;). Chao y saludos.

lojeda dijo...

Arcendo, me encanta Tagore, has acertado.

Oración

Sí, Dios mío, yo lo entiendo muy bien: la luz de pie celeste cuya danza se confunde
con la danza de las hojas; las indolentes nubes que navegan hacia el ocaso; la brisa
pasajera, errando por mi frente como una mano de frescura: todo es es sólo tu amor,
y nada más que tu amor sobre mi vida.
Mis ojos se han lavado en la claridad matinal y tu mensaje ha descendido hasta mi
corazón. En lo alto, tu rostro diáfano se inclina; tus ojos me han mirado a los ojos y
contra tus pies bate mi corazón como una ola. (R. Tagore)

¿Te suena? ¿Bonita eh?

Un abrazo