martes, 27 de enero de 2009

Las mejores semillas



Cuenta la historia que, un empresario agricultor, de poco estudio, participaba todos los años de la principal feria de agricultura de su ciudad.

Lo más extraordinario es que él siempre ganaba, año tras año, el trofeo: MAÍZ DEL AÑO.

Entraba con su maíz en la feria y salía con la banda azul recubriendo su pecho.

Su maíz era cada vez mejor.

En una ocasión de esas, un reportero de Televisión abordó al agricultor después de la tradicional colocación de la banda de campeón.

Él quedó muy intrigado con la revelación del agricultor, de cómo acostumbraba cultivar su calificado y valioso producto.

El reportero descubrió que el agricultor compartía buena parte de las mejores semillas de su plantación de maíz con sus vecinos.

-¿Cómo puede usted compartir sus mejores semillas con sus vecinos, cuando ellos están compitiendo directamente con usted?

El agricultor respondió:

-¿Usted no sabe? Es simple!

El viento recoge el polen del maíz maduro y lo lleva de campo en campo.

Si mis vecinos cultivaran maíz inferior al mío, la polinización degradaría continuamente la calidad de mi maíz.

Si yo quiero cultivar maíz bueno, tengo que ayudarlos a cultivar el mejor maíz, cediendo a ellos las mejores semillas.

MORALEJA:

Aquellos que escogen estar en paz, deben hacer que sus vecinos estén en paz.

Aquellos que quieren vivir bien, tienen que ayudar a los otros para que vivan bien.

Aquellos que quieren ser felices, tienen que ayudar a los otros a encontrar la felicidad, pues el bienestar de cada uno está ligado al bienestar de todos.

¿Ahora entiendes que todos somos importantes uno para otros y que para vivir bien, dependemos unos de los otros?

Espero que también consigas ayudar a tus vecinos a cultivar cada vez más las mejores semillas, los mejores maíces y las mejores amistades.

“Para tratar contigo mismo, usa la cabeza”

“Para tratar con los otros, usa el corazón”


Ciao.

6 comentarios:

Carlos dijo...

Me ha encantado la historia, sobre todo el final, "Para tratar contigo mismo, usa la cabeza, Para tratar con los otros, usa el corazón”, debiamos tomarnos este consejo al pie de la letra, nos puede ser muy util en nuestra vida.

lojeda dijo...

Gracias Carlos por tus comentarios en el blog, siempre tan acertados.
Un abrazo

Legionarius dijo...

Bonitos valores los que refleja esta historia.

Un saludo esapñol...

Anaroski dijo...

Que bonita amiga, me ha encantado.

El otro día alguien me dijo, si tienes una habilidad no se lo muestres a la comunidad. Yo le contesté, si Dios te da un don, ponlo al Servicio de los demás, tu post de hoy, confirma mi pensamiento.

TE ECHO DE MENOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOSSSSSSSSSSS

Anónimo dijo...

Bonita historia. “Con el amor al prójimo el pobre es rico; sin el amor al prójimo el rico es pobre”. (San Agustín)

lojeda dijo...

Gracias amigos por vuestros comentarios.
Siempre he sido de la opinión de que, para recoger una buena cosecha, hay que sembrar, y si son buenas semillas, como dice esta historia, mucho mejor.
Intentaremos seguir el ejemplo de este cuento, y seguro que vamos recoger buenos frutos.
Una brazo a todos