El otro día, escuché en la radio una entrevista a los Sabandeños. Me gusta mucho este grupo canario, que sigo desde que eran joven. Entre unas de las canciones que escuché fue la de, "No me llames extranjero", que cantaron con Rafael Amor. No he encontrado la versión de la que os hablo, pero sí, la de Rafael Amor. ¿Qué porqué os cuento esto? Pues ya veréis. Si escucháis la letra de esta canción os recordará a la triste situación que están viviendo los inmigrantes que nos visitan en nuestro país. Miramos la inmigración como una amenaza para nuestro trabajo y nuestra estabilidad, sin ver en ellos a los seres humanos que debemos mirar, y que solo han venido a nuestro país a intentar tener para ellos y sus familias, una vida mejor. Debemos mirarlos como hermanos, que vienen a enriquecer nuestro país con su trabajo, y a ayudarnos a crecer económicamente y sobre todo a enriquecernos culturalmente. Os invito a escuchar y disfrutar con esta canción.
No me llames extranjero, porque haya nacido lejos, o porque tenga otro nombre la tierra de donde vengo.
No me llames extranjero, porque fue distinto el seno o porque acunó mi infancia otro idioma de los cuentos.
No me llames extranjero si en el amor de una madre, tuvimos la misma luz en el canto y en el beso, con que nos sueñan iguales las madres contra su pecho.
No me llames extranjero, ni pienses de dónde vengo, mejor saber dónde vamos, a dónde nos lleva el tiempo.
No me llames extranjero, porque tu pan y tu fuego, calman mi hambre y mi frío, y me cobija tu techo.
No me llames extranjero, tu trigo es como mi trigo, tu mano como la mía, tu fuego como mi fuego y el hambre no avisa nunca, vive cambiando de dueño.
No me llamas extranjero porque me trajo un camino, porque nací en otro pueblo, porque conozco otros mares y un día zarpé de otro puerto, si siempre quedan iguales en el adiós los pañuelos y las pupilas borrosas de los que dejamos lejos. Los amigos que nos nombran y son iguales los rezos y el amor de la que sueña con el día del regreso. No me llames extranjero, traemos el mismo grito, el mismo cansancio viejo que viene arrastrando el hombre desde el fondo de los tiempos, cuando no existían fronteras, antes que vinieran ellos, los que dividen y matan, los que roban, los que mienten los que venden nuestros sueños, ellos son los que inventaron esta palabra, extranjero. No me llames extranjero que es una palabra triste, que es una palabra helada huele a olvido y a destierro.
No me llames extranjero mira tu niño y el mío como corren de la mano hasta el final del sendero.
No los llames extranjeros, ellos no saben de idiomas de límites ni banderas, míralos se van al cielo con una risa paloma que los reúne en el vuelo. No me llames extranjero, piensa en tu hermano y el mío, el cuerpo lleno de balas besando de muerte el suelo. Ellos, no eran extranjeros, se conocían de siempre por la libertad eterna e igual de libres murieron. No me llames extranjero, mírame bien a los ojos, mucho más allá del odio, del egoísmo y del miedo, y verás que soy un hombre, no puedo ser extranjero. No me llames extranjero. Rafael Amor
5 comentarios:
Me ha gustado mucho la entrada de hoy. La hospitalidad y acoger al forastero, al emigrante, al refugiado, ha sido tradicionalmente una característica del buen cristiano:
“No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles” (Heb 13:2).
Muchas gracias por tus palabras y tu reflexión.
Recordemos la palabras de Jesús:
"Porque fuí extranjero y me acogisteis" (Mt. 25,35)
Un abrazo
Estimada Lourdes: esta magnífica reflexión me toca bien de cerca, no sólo por lo que expresa: mi madre vino aquí a los seis años luego de un largo viaje en un buque carguero, huyendo con su madre y hermanos del espanto de la guerra. Y al llegar aquí, la situación es la que tan bien describes.
Por otra parte, en el siguiente enlace : http://www.divshare.com/download/6473128-779
me he tomado la libertad de subir la versión de No me llames extranjero por los Sabandeños con Rafael Amor para poder descargarla.
Un saludo fraterno en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo
Amen mum, yo tengo la suerte de que donde estoy me han acogido muy bien, porque tengo un buen trabajo y pago muchos impuestos, pero en estos tiempos no es lo normal, asi que desde la distancia, comprendo perfectamente la canción.
Bss
Gracias Ricardo, por la dirección donde está la canción de la que hablaba.
Gracias por contar tu experiencia es muy enriquecedora y valiosa, porque cuenta de primera mano lo vivido por tu familia. Espero que ya seas uno más en el país que os acogió hace tanto tiempo. Un abrazo
Hijo, tu también eres un extranjero en otro país como dice la canción, pero creo que en otras circunstancias y como bien dices, cuando los visitantes, pagan buenos impuestos y tienen trabajo, ya no se les mira con tan malos ojos. Es una cruda realidad, pero es así.
Nos movemos por el dinero que tienen los que nos visitan, y no por lo que nos pueden aportar.
Un beso grande
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