sábado, 18 de abril de 2009
Una gran experiencia de oración
Ayer viernes, cuando llegué a casa eran las 23,30 pasadas. Ya no me dio tiempo a preparar este post, y además quise que mi experiencia vivida, reposara en mi mente y en mi corazón, para poder expresarla de la mejor manera posible.
Anoche, como habréis podido comprobar por la foto, estuve en un concierto de la Hermana Glenda.
Nunca había estado en un concierto de ella en directo, aunque conocía su música y tengo CDs de ella, pero nunca pensé que me podría "tocar" y "marcar" tanto una experiencia como esta, y de verdad que no exagero.
He vivido unos de los momentos de oración preciosos y grandes. He participado en varias Misiones Populares, y el que haya vivido alguna, sabrá que en ellas, hay momentos tremendos en las Escuelas de Oración, en las Celebraciones, sin hablar del encuentro con las personas en las Asambleas Familiares.
Pero lo de ayer fue distinto. ¿Por qué? Pues porque me dí cuenta de que para orar, no hace falta mucha parafernalia:
Una guitarra, una monjita entrañable y simpática, una voz preciosa, unas luces que ambientan el momento, muchas personas con ganas de abrirle el corazón y los oídos a Dios, y Él en medio de nosotros, haciendo su "labor".
La Palabra de Dios, es lo único necesario para orar.
No penséis que estoy tratando de "promocionar" a esta monjita "gordita y bajita" (como dice ella de sí misma), porque ya es archiconocida en el mundo entero y no necesita promoción ninguna. No.
Mi interés de hoy es, hablar de ella, como mera transmisora de la Palabra de Dios, que con sus canciones nos invita a conocerle mejor, a través de su música, haciendo de ella nuestro cauce para un encuentro con Él. Ella es el instrumento que Dios nos da para el encuentro.
Sólo un pasaje corto de la Biblia, nos puede hacer cambiar el corazón y nuestra vida en un solo momento. Sólo hay que estar atento a la llamada Suya y ponernos en marcha.
Creo que las dos horas de concierto que pasamos con la Hermana Glenda en la tarde-noche del viernes 17 de Abril, fueron unas de las mejores horas vividas en estos últimos años. De verdad.
Imagino que todos los que estáis leyendo este post, conoceréis su música y su persona.
Aquí os dejo el enlace de su página web, para que la conozcáis más a fondo, porque merece la pena ser visitada.
http://www.hnaglenda.org/espanol.html
Otra cosa que conocí, es la ONG o fundación que la Hermana Glenda tiene.
Nos la presentaron en el concierto, y aquí os dejo este vídeo, con el que empezó la segunda parte de dicho concierto. Se llama "Fundación Consuela mi Pueblo".
Disfrutadlo y disfrutad con esta simpática monjita chilena, que irradia alegría, fuerza y sobre todo ganas de dar a conocer a Dios a través de sus canciones.
Ciao.
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8 comentarios:
A mí me encanta su música, es una alabanza contínua a Dios. Y es cierto: para orar sólo hay que tener un rato de tiempo, una guitarra y unos oídos que escuchen lo que esta monjita nos viene a contar de Dios. Abrazos.
Es una monjita entrañable, y que como dice nuestra amiga Marisela para orar,sólo hay que tener una guitarra y unos oídos que escuchen la palabra del Señor.
El apostolado de la música… pongamos imaginación para acercar a la gente a Dios.
Yo no conocía a esta monja, la verdad tiene una voz preciosa. A ver si tengo un rato y busco sobre ella y escucho sus canciones.
Besos.
yo creo que estamos orando muchas veces que se diría que no estamos orando, para mí es oración toda experiencia intensa de pasión de vida, para mí esa vida es dios, música, estudio, amor, éxtasis varios, toda intensidad y todo espíritu es dios vivo en nosotros
Gracias Marisela, Natalia, Eligelavida, Aprendiz y Amo y libertad, por vuestra visita y comentarios.
La oración debe ser la base del cristiano, y tienes razón Santiago, cuando dices que nuestra vida debe ser oración constante, porque cada momento del día, se lo debemos ofrecer a Dios.
Un abrazo a los cinco.
Aprendiz, merece la pena escuchar tranquila a la hermana Glenda. Yo tengo sus discos, si quieres me llamas y te dejo alguno.
Aunque un poco tarde porque no sigo tu blog regularmente (me limito a entrar sin permiso de vez en cuando), en este post no me he podido resistir porque realmente fue una experiencia de Dios lo que se vivió allí esa noche. Gracias Glenda por hacerme pensar en muchas cosas de mi vida. Gracias Lourdes (tia favorita) por compartir con nosotros tu gran sensibilidad a la Palabra de Dios. Sin duda eso es un DON que a mí muchas veces me falta. Un abrazo
Gracias Poncho, sobrinillo, porque, tus palabras y tu cariño.
Verdaderamente lo que vivimos allí nos durará mucho tiempo, y más teniendo su música para poder oírla muchas veces y recordarla.
También pediremos por ella, para donde quiere que esté cantando, siga dando esperanza a los que la escuchen.
Un besote grandote
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