
"Lo que hago no está mal porque todo el mundo lo hace y nadie me critica por hacerlo: Hoy en día es lo normal".
No pensemos que tal modo de pensar es exclusivo, como parece a primera vista, de una mentalidad poco instruida y rudimentaria. Se usa incluso como posición "intelectual" o como prueba "científica".
En otras palabras: En vez de analizar si una cosa es buena o no en sí misma, se busca antes saber si esa cosa "está de moda" o si "está anticuada".
La generalidad, que es lo más común, y a veces lo más vulgar, está en el orden de la cantidad de lo que es. De hecho, nunca puede sustituir a la normalidad, porque ésta, está en el orden de la calidad, de "lo que debe ser", de lo que corresponde a una "norma", a una verdad superior:
¿Es que una tonelada de bisutería tiene más calidad que un kilo de oro porque pesa 1000 veces más?
Debemos tener en cuenta que la democracia es un sistema de gobierno que no compromete los valores de la naturaleza humana, del Derecho Natural y Divino, sino que parte de ellos para dar soluciones concretas (técnicas y políticas), a los problemas públicos, dentro de la atmósfera de las verdades esenciales establecidas por Dios.
Y si no, decidme:
¿Íbamos a dejar de tener alma porque así lo decidiera un referéndum? ¿Podrá, acaso, alterar la maldad de una acción sólo porque la apoya un mayor número de ciudadanos?
No todo lo que hacemos es lo correcto, y no todo está bien, por mucha gente que lo haga o lo permita. La generalidad de los actos, no siempre tienen que ser buenos, aunque una mayoría los practique o los acepte. En nuestra conciencia está separar lo bueno de lo malo, y desde nuestra libertas de conciencia , actuar en consecuencia y denunciar lo que no nos guste con valentía.
Ciao.
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