viernes, 21 de agosto de 2009

Un camino hacia lo profundo


La depresión es una enfermedad común en nuestro tiempo. Muchos ven en los sentimientos depresivos una enfermedad que desean combatir eficazmente para verse libres de ella cuanto antes. Sin embargo, lo que consiguen es obstruir, cerrarse a sí mismos el camino que conduce a las profundidades del alma.

Ni el estado de depresión ni el verse libre de él, son cuestión de elección libre. Pero si yo caigo en la depresión, debo saber que mi camino hacia Dios no pasa bordeando la depresión, sino atravesando por medio de ella.

La depresión me despoja de las ilusiones de mi ego, es decir, de desear estar siempre de buen humor, de inclinarme siempre a ver el lado positivo de las cosas, de pensar que puedo tener siempre en mis manos las riendas de mi vida.

Todos tenemos un punto vulnerable, un talón de Aquiles. No debemos proteger ni tapar ese punto vulnerable, porque puede convertirse precisamente en la entrada de emergencia de Dios a nuestro corazón. En ese punto es donde podemos sentir a Dios, tener experiencia de Él.

Y si llegamos a tener experiencia de Dios, si nos unimos a Él en nuestro puntos vulnerables, tal experiencia de unión será también experiencia de salvación. Ese "estar en-unión", es también "ser-totalidad", "ser-salvación".

Por tanto, la verdadera salvación del hombre consiste, en mi humilde opinión, en esa profunda experiencia.

No podemos forzarla, pero sí podemos disponernos para recibirla. Y como Dios es siempre "desconcertante" en sus sorpresas, podemos confiar en Él, podemos contar con que se nos manifiesta aún en medio de nuestro sufrimiento y nuestra dolorosa situación.

La experiencia de Dios nos une a Él. Seguro que cuando pase un tiempo, volveremos a sentir su separación y lejanía. Y otra vez nos sentiremos desgarrados.

Ésta es la tensión en que vivimos constantemente. Tenemos que vivir en situación de oscilación espiritual entre la intimidad y la ausencia de Dios, entre su proximidad y su lejanía.

Esto significa, que vivimos entre el estado de salud y el de enfermedad, entre la luz y las tinieblas, entre el poder y la impotencia, entre el amor y el vacío... Pero esto significa que somos humanos y que estamos vivos.

Ciao.

2 comentarios:

Angelo dijo...

Es cierto que todo nos acerca a Dios caundo nos adherimos a su voluntad. LA depresión es donde la fe está más escondida, donde la voluntad permanece inmovil y sólo desde lo profundo del corazón se puede decir como María FIAT

lojeda dijo...

Gracias Angel por acercarte una vez más a este rinconcito de mi alma, y aportar tus sabias palabras.
Es en los malos momentos cuando debemos fiarnos de Dios sin miedo y con toda la confianza puesta en Él.
Un abrazo