lunes, 25 de enero de 2010
Evolucionar, crecer, desarrolarnos...
Crecer, evolucionar, es dejar atrás algo a lo cual estuvimos apegados y del cual nos cuesta desprendernos. Evolucionar es, atrevernos una vez más y estar dispuestos a ser diferentes de lo que fuimos ayer, es desarrollarnos e intentar evolucionar y crecer desde adentro.
Cuando decidimos cambiar una actitud negativa, estamos creciendo.
Cuando decidimos corregir un error, estamos evolucionando.
Cuando dejamos de hacer algo que nos empequeñece, estamos desarrollándonos.
Todos los días la vida nos presenta oportunidades de crecer.
Para proyectarse en el tiempo como algo duradero, este cambio debe ser paulatino y consciente.
Observemos a la naturaleza, y más particularmente a los árboles: En otoño pierden sus hojas y se liberan de la carga innecesaria, recogiéndose dentro de sí para recibir el invierno.
Por fuera, parece que no tienen vida, pero preparan sus raíces para que en la primavera de sus ramas puedan ver surgir los primeros brotes, dando lugar a las nuevas hojas y luego los frutos del verano.
Si logramos desprendernos de esas hojas que no necesitamos, mientras desarrollamos nuestra propia esencia, también podremos dar abundantes frutos y transformarnos.
Ciao.
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