Me llega esta carta vía e-mail, y como en otras ocasiones la edito aquí para darla a conocer. La escribe Don Pablo Moyano Llamas, sacerdote y párroco del pueblo cordobés de Montemayor.
Señor presidente del Gobierno: Ha sido usted invitado por Barack Obama al Desayuno de oración. Con toda sinceridad, quiero expresarle mi sincera felicitación. Es un honor para usted y un honor para España, indudablemente. Se ve que España pinta y usted también. Se ve que Obama ha pasado página de algunos patinazos suyos que Bush nunca perdonó. El de la bandera y el de Irak. ¡Más vale así! Ganamos todos. Dicen que en ese desayuno se reúnen tres mil quinientas personas de todo el mundo. Rezan, leen textos bíblicos o, simplemente, reflexionan. Unos son católicos, otros protestantes, musulmanes, etcétera. Otros agnósticos o, acaso, ateos. La mayoría gentes de fe. Según Jorge Trías, es falso que sean ultraconservadores. Hay de todo. Usted va como gran invitado y tendrá el discurso principal. Otra vez ¡enhorabuena! Dicen que es usted agnóstico y un izquierdista radical. Los agnósticos no rezan. Pero escuchan. Y reflexionan. Usted, señor presidente, va a escuchar palabra bíblicas de valor eterno. Y va a palpar en vivo la oración sentida de los creyentes, comenzando por Obama. Y sobre todo va a reflexionar a fondo. Es esta una ocasión inmejorable. Usted va a tener un mensaje de respeto y valoración de las religiones, estoy seguro. Palabras de convivencia, de paz, de defensa de los derechos humanos, de libertad religiosa. Y va a aprender mucho de ese foro, no cabe duda. Señor presidente: es usted agnóstico. Tiene todo nuestro respeto. La fe es un regalo de Dios, no una conquista nuestra. La fe hay que buscarla de rodillas, no con la cabeza alta. Nosotros rezamos para que Dios se la conceda y la descubra. ¡Ojalá ese foro le ayude! Pero, con toda la sinceridad del mundo, quiero preguntarle: ¿Valora usted como se merece la fe católica de la inmensa mayoría de los españoles? Usted se ha empeñado en sacar adelante unas leyes contra más de media España. Usted no ha escuchado el grito de millones de españoles contra su ley del aborto, los matrimonios del mismo sexo, la educación, la píldora del día después. España partida en dos. Que en tres. ¿Valora usted el inmenso servicio de la Iglesia a la sociedad española en sus colegios, guarderías, hospitales, residencias de ancianos, Cáritas, parroquias? ¿Para cuándo una visita al Papa o un "caldito" con la Conferencia Episcopal? ¿Por qué no? Usted fue a Turquía al final del Ramadán. Y nos parece muy bien. Pero nos duele la marginación de lo católico. No es animadversión -ni de legua- contra el socialismo. Ni mucho menos. Los respetamos y valoramos porque muchos lo merecen. Muchos. Pero esto no va bien. No va de ninguna manera. No va la economía, no va la educación, los valores van en picado para abajo. No es pesimismo. Eso lo palpa el más tonto del pueblo. Espero y confío que la jornada de oración le ayude y sirva para enderezar el rumbo de esta nave. Rezamos con toda el alma para que así sea. Porque España lo necesita. Usted solo no puede. Necesita de todos. Pero su responsabilidad es enorme. Tiene seiscientos asesores, según dicen. Quizá sobren quinientos. O falten unos pocos pero mejores, que los hay sin duda. Lo dicho: ¡Enhorabuena de corazón! Quizá la oración arranque de Dios el milagro. Porque "el que rece será escuchado". Lo dice La Biblia. * Sacerdote
Ciao.
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