lunes, 15 de febrero de 2010

¿Has orado y no has tenido respuesta?




Pedimos con fe y la respuesta no la notamos en ningún momento.
Las cosas en vez de mejorar se han empeorado más.
Nuestra fe comienza a tambalearse.

Nos sentimos como un barquito a la deriva en medio de una tempestad furiosa en medio de la noche.
Le clamamos a Dios y no lo vemos por ninguna parte.
Sentimos que todo va en nuestra contra...

Nos sentimos como un vaso roto y vacío que estaba lleno de agua, y que ahora ya no se puede recuperar nada.

Nos sentimos atados e inmóviles en el lugar de donde estemos.
Por más que hemos intentado salir o ir hacia otro lugar no podemos hacerlo.
Hay algo que siempre nos detiene y no nos deja avanzar.

No vemos ninguna puerta que milagrosamente se nos abra, al contrario parece que están más cerradas que nunca.

Los problemas en vez de solucionarse parece que se van complicando.

De nada nos sirven las palabras de consuelo o de esperanza que nos dan los demás, porque son únicamente como sedantes que tratan de aliviar nuestra pena temporalmente...

En esos momentos hasta es posible que recordemos oraciones que rezamos, y a las que en épocas pasadas Dios nos contestó, y que nos demostraron que podíamos creer en el poder de la oración.

Vimos entonces respondidas petición tras petición .
¿Y ahora... qué nos pasa?¿ Por qué está todo tan oscuro?

¿Que está pasando, Señor... le preguntaremos?
¿Dónde estás?¿Por qué nos has abandonado? ¿Por qué solo vemos oscuridad a nuestro alrededor?

¿Por qué antes veíamos en tu imagen la luz del sol y ahora no?

Dios nos recuerda que así como hay días soleados, también hay noches oscuras; y es en las noches en donde nosotros tenemos que aprender a fortalecer nuestra FE y nuestra ESPERANZA.

Es donde aprendemos a esperar a que llegue el amanecer...

Únicamente podemos fortalecer nuestra FE y nuestra ESPERANZA, creyendo y esperando en Dios contra todo pronóstico.

Eso es la FE: La certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve.

Dios nos está enseñando a CLAMAR. Clamar es orar cuando todo esta al revés, cuando las cosas van de mal en peor.

Dios nos está enseñando a ESPERAR. Esperar en su tiempo y no en nuestro tiempo. Esperar en su método y no en nuestros métodos.

Dios nos está enseñando a DECLARAR que lo que Él nos prometió con claridad, lo consolidará con poder.

Dios nos está enseñando a ALABARLE aún en la medianoche de nuestra vida, porque sabemos que nuestra vida descansa con seguridad en Él.

Te animo a que recuerdes todas las veces en que, de manera oportuna y poderosa, Dios obró en la situación que estabas pasando, y confía que también ahora lo hará.

Espero que esta reflexión haya sido para quien la lea, una confirmación de que Dios está al tanto de la situación que vivimos en este momento, y que la va a solucionar.

Ciao.

1 comentario:

Angelo dijo...

La certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve. Aquí queda dicho todo. Un beso. Ya no entraré hasta mi recuperación si D.q. hoy me he despedido del blog hasta entonces.Gracias por estar siempre a mi lado