Creo que no he comentado nunca que mi amigo Alfonso y yo, tenemos un pequeño espacio de reflexión en COPE Jaén que se llama “MUCHO MÁS QUE DOS”.
El nombre se lo pusimos por una canción del grupo argentino Opus Cuatro y que por cierto es preciosa. Y es que nuestra buena sintonía y cariño es algo muy grande desde hace más de 15 años, y siempre hemos trabajado codo con codo, sin ningún problema y con unas ideas en las que coincidimos totalmente, a pesar de la diferencia de edad que hay entre nosotros. No os digo la diferencia de años, pero si os digo que yo podría ser su madre, jajaja.
Con este nombre a nuestro pequeño espacio de reflexión, pretendemos ser "mucho más que dos", teniendo los mismos pensamientos, las mismas ideales y por supuesto en el número de oyentes de radio, que según nos cuentan van aumentando por semanas.
Hoy lunes, la reflexión que hemos hecho es ésta que os pongo a continuación, porque pensamos que es bueno resaltar los contrastes de este tiempo de Pasión, de esta Semana Santa para unos, y de fiesta continuada para otros. Contrastes entre lo religioso y lo pagano, pero que en el fondo ésta es nuestra idiosincrasia, y ésto es con lo que nos encontramos cada día en la calle y con lo que nos tenemos que acostumbrar a vivir, aunque a algunos de nosotros no nos guste mucho algunas de las actitudes que vemos en la calle.
Hemos titulado nuestra reflexión “EL SENTIDO DE LA SEMANA SANTA”, y es ésta:
“... Es con la llegada de la primavera, cuando la tierra santa de Andalucía sufre su más honda metamorfosis. Sus hombres y mujeres la convierten en la Jerusalén de los Santos Evangelios, y hacen revivir la Pasión, Muerte y Resurrección del Hijo de Dios. Es con la llegada de la primavera cuando Andalucía, no sólo huele a azahar y clavel, sino a Semana Santa.” Amanece en la ciudad. Ya se divisan los primeros rayos de sol por los montes altos y encumbrados de Jabalcuz. ¡Y tú Jaén, que bella y callada dormías en tu frío invierno, despertarás de gozo! El verdor de tus olivos, el sol, la luz, el incienso, la cera...vestirán tus calles con el fin de revivir el mensaje de amor que cada año, cada siglo, cada milenio, nos trae nuestro Señor, Jesús, el Hijo de Dios….”
Hola amigos, hemos querido comenzar nuestro espacio MUCHO MAS QUE DOS, con estos versos nacidos desde el fondo de mi alma, cuando hace unos años fui invitado por la Cofradía de la Estrella a dar su pregón…Versos que nos ayudan a adentrarnos hoy en nuestro espacio de reflexión, la SEMANA SANTA,… y es que, amigos, cuando llega la primavera, Andalucía se convierte en PASIÓN, tradición, incienso,… y sus calles y sus plazas, se transforman con sus aromas y sus luces en un escenario donde, la representación se sucede siempre igual y siempre diferente. A lo largo de estos siete días, nuestra ciudad de JAÉN y provincia se transforma, y nosotros los ciudadanos de esta bendita tierra del Santo Rostro, salimos a la calle para celebrar la Pasión en medio del fervor popular. Descubrimos hermosas imágenes de Cristos y Vírgenes, de una gran riqueza artística que se pasean por las calles entre las cálidas luces de los cirios, el colorido de las túnicas de los nazarenos y la música de las bandas de tambores y cornetas. Todo ello, unido a la mezcla de olores a incienso y flor, haciendo así que surja la magia y despierte un sentimiento de privilegio en todo aquel que lo presencia.
Esta semana, que hace poco hemos comenzado a vivir, es para los cristianos su Semana Mayor, la más importante de todas las semanas del año cristiano, que verá su culmen en la Pascua de Resurrección, que celebraremos este próximo domingo.
Sin embargo, para muchas personas se ha convertido sólo en una ocasión más de descanso y diversión, pero no nos debe llevar a olvidar, que esta semana mayor, pierde su sentido de celebración, si no le damos el verdadero protagonismo cristiano que tiene.
Un descanso merecido, que nos debe servir para cultivar y revivir nuestras tradiciones, recuperando esas costumbres heredadas, que nuestros padres nos han ido transmitiendo con los años y así, ir transmitiéndolas también nosotros a nuestros hijos y niños, esas generaciones que nos preceden, porque lo que hemos vivido desde pequeños, no podemos dejarlo perder ni echarlo en el olvido.
La sociedad laica en la que estamos inmersos nos dice, que estos días son tan sólo días de diversión, sin mirar hacia el sentido real de lo que vivimos.
La Semana Santa, en una época de contrastes, donde se mezclan lo religioso y lo cultural, el recogimiento de las iglesias y la bulla de las calles, el olor a flores, cera e incienso que nos regalan los pasos y la plástica de sus imágenes engalanadas para estos días… En esta semana se mezclan también, la impaciencia por la llegada de la procesión, y el recogimiento cuando aparecen; La risa y el revuelo de los niños y la oración silente de los mayores… La música hecha oración de las bandas y el sacrificio ofrecido a Dios de los costaleros y penitentes… La tragedia hecha Cristo y la belleza dolorosa de sus Vírgenes…
Todo un contraste que no debe llevarnos sólo a quedarnos con lo exterior.
Este tiempo de esperanza cristiana, debe llevarnos a la reflexión, a la oración y a vivir su mensaje paso a paso, e ir avanzando con el Jesús del Calvario, con nuestros dolores y problemas, al gozo de la Gloria y de la Resurrección que viviremos una vez más en la noche de la esperanza y la alegría de la Pascua.
Este tiempo de esperanza cristiana, debe llevarnos a la reflexión, a la oración y a vivir su mensaje paso a paso, e ir avanzando con el Jesús del Calvario, con nuestros dolores y problemas, al gozo de la Gloria y de la Resurrección que viviremos una vez más en la noche de la esperanza y la alegría de la Pascua.
Durante estas fechas se celebra una fiesta religiosa de singular importancia para quien decida vivirla. La mezcla entre las celebraciones religiosas y el vivir en la calle los desfiles procesionales, hará que nuestra semana mayor, sea completa.
En los templos viviremos con nuestras comunidades parroquiales la grandeza de las celebraciones, y en las calles, podremos enriquecernos con esas catequesis plásticas que nos harán disfrutar plenamente de sus representaciones. Cada paso que veamos, debe invitarnos a la oración y la admiración de todas las obras escultóricas que pasen antes nuestros ojos.
Para terminar, permitidnos amigos, levantar nuestra voz en forma de oración:
Señor Crucificado, déjame contemplarte así cada día,
Con los ojos cerrados, para no ver mi infidelidad,
Con el corazón traspasado y sangrante como refugio para mí,
Cuando vuelvo cansado y malherido del camino que he recorrido sin Ti,
Con la cabeza hacia delante para escucharme siempre,
Con los pies atravesados para esperarme sin cansarte,
Con los brazos abiertos para demostrarme que por encima de todo… me quieres.
Gracias Señor por ser un Dios tan humano, tan nuestro, tan de todos, tan mío.
Amigos, hasta aquí nuestro espacio de hoy. Os deseamos una feliz Semana Santa, y os esperamos en un nuevo encuentro, en este espacio semanal donde siempre ¡SOMOS MUCHO MÁS QUE DOS!
Ciao.
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