domingo, 18 de abril de 2010

Antes que nada, debemos ser humanos




A veces necesitamos etiquetarnos en categorías y clasificarnos . En realidad, casi siempre, por no decir siempre.
Nos permiten llamar a las cosas de una forma u otra, y nos ayudan a comprenderlas. Nos enseñan a trazar mapas del mundo, de sus gentes...

Las palabras, los conceptos, las realidades que hay detrás, son un arma de doble filo: Por una parte, nos puede ayudar a situarnos y comprender las cosas. Por otra parte, corremos el riesgo de que nos enturbie la mirada, nos adormezcan la sensibilidad o nos cierren los ojos ante la verdad primera que nos une:
Somos, antes que nada, humanos, hermanos e hijos de un mismo Dios.
Antes que etiquetar muy pronto y marcar diferencias, ( macho o hembra, de aquí o de allí, blanco o negro, doctor o iletrado, heterosexual o gay, rico o pobre, mío u otro...), es fundamental mirar a los rostros, a las vidas, a la gente, y decirles: Él es un ser humano, como yo; persona, con un corazón que, como el mío, late y siente, busca y ríe, y a veces llora, y que... también sueña en sus noches, y anhela en sus horas de vigilia... Que se equivoca y acierta como yo... Que a su manera, revela a Dios, nuestro Padre....Y que al igual que yo, tiene sed, de sentido, de un Absoluto que abraza, de amor y palabra...

Por eso, antes de etiquetar, descálzate ante el otro, que" el terreno que pisas es terreno sagrado".

Eso necesitamos. Una mirada atenta, capaz de descubrir el sentido profundo de las cosas. De intuir la huella de Dios. De atisbar destellos de su presencia en las gentes, las historias y las cosas.
Una mirada que perciba, como trasfondo, “ la Creación” y la Vida, como proyecto y reino, amor. Una mirada que descubra las posibilidades, que, como la del artista, desentrañe la belleza posible, aunque esté escondida.

Danos, Señor, esa mirada certera, que sepa descubrir en el hermano a ese ser que tu creaste, percibiendo en él la vida y la fuerza que Tu nos manifiestas en todos tus seres. Esa mirada del que es capaz de figurarse, con imaginación prodigiosa, las posibilidades que desencadenan los cambios que Tu quieres en nosotros… Para hacer de este mundo ,mi mundo pequeño y el gran mundo en el que habito , un lugar mejor. Para que pueda humanizar las vidas y las situaciones, especialmente de aquellos a quienes la dignidad les ha sido arrebatada. Amén.

Ciao.


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