viernes, 2 de abril de 2010

La doble fuerza de Dios


Cuántos hombres rechazan todavía hoy al Dios que les presentan algunos, porque no pueden amarlo y no quieren conocerlo?
Dios es ciertamente el Dios grande, el Dios fuerte y Todopoderoso, pero su fuerza es la del Amor que lo transforma todo y hace brillar su fuerza, si nos dejamos llevar.

Se podría decir en cierta forma que existen como dos fuerzas en Dios:

La primera que no pasa por la debilidad, porque es su fuerza de Creador la que brilla en lo infinitamente grande y en lo infinitamente pequeño, lo infinitamente sencillo y lo infinitamente complejo de la naturaleza.
La segunda que pasa por la debilidad, porque es la fuerza de su Amor la que hace que nos sintamos acogidos, amados y perdonados por Él.
¿Cuál de las dos fuerzas es mayor?
Ciertamente que hay que ser muy poderoso para crear cielos y tierra... y sobre todo al hombre, como obra culmen de su Creación.
Pero... ¿No será Él que serlo algo más grande y poderoso, para ser capaz, para convertirse en el más Pequeño cuando uno es el Altísimo, para convertirse en la debilidad misma hecha carne?

Podría decirse entonces que en Dios hay como dos grandezas. Manifiesta la primera en la inmensidad del universo, la segunda es revelada en ese Niño en que Dios se ha convertido para nuestra salvación y la salvación de todo el mundo, seguido de esa Pasión y Muerte en la Cruz.
Lo que hace que Dios sea Dios, y esa doble naturaleza, no es su Omnipotencia, ni su fuerza, ni tampoco su justicia... es el Amor.
Dios es Amor
, y la fuerza del amor pasa por la debilidad y por su fuerza, que conquista y atrae a los que quieren conocerlo y seguirlo.

Ciao.

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