sábado, 17 de abril de 2010

¡Qué bien nos sienta que nos alienten!




Los seres humanos necesitamos que nos alienten. Sentir la calidez de la aprobación, aumenta la confianza en uno mismo.

En la persona cuya autoestima se ha elevado, se obra una especie de milagro. Repentinamente le caen mejor los demás y se hace más amable y solidaria, con quienes le rodean.

El elogio, también contribuye a suavizar los inevitables roces de la convivencia diaria.
Una buena y saludable vida familiar se nutre de ellos. Los niños, en especial, están deseosos de reconocimiento y aprecio.

Una joven madre contó esta anécdota:
"Mi hijo pequeño se porta mal a menudo, de manera que debo regañarle. Pero un día su conducta fue especialmente buena, sin embargo, esa noche después de acomodarlo en su cama y al bajar por las escaleras lo oí llorar: Fui a verlo, y lo encontré con la cara hundida en la almohada. Entre sollozos me preguntó si no había sido un buen niño.
La pregunta me traspasó como un puñal el corazón -agregó la madre- nunca había dudado en corregirlo cuando hacía algo malo, pero cuando se portó bien ni siquiera lo noté. Lo había mandado a dormir sin darle una palabra de reconocimiento".

El elogio hace que la gente, dé lo mejor de sí, pero quien lo da siente también la satisfacción de haber creado en el otro un especial estado de ánimo, de la misma manera que... las flores dejan siempre parte de su fragancia en la mano de quien las ofrece".

Ciao.

2 comentarios:

Ángel dijo...

Hola Lourdes, que bien nos sienta que nos alienten, que verdad tan grande, a nadie le amarga un dulce, pues con el aliento ocurre igual, pero para recibir tenemos que dar. También es cierto que cuando nuestra estima esta alta, el resto de las personas nos parecen mejores.
Amiga muchas gracias por tus artículos, algunas veces para mi son como un bálsamo.
Un abrazo

P.D. me despido hasta el dia 26 nos vamos a Cantabria con una escursion del hogar del pensionista

Angelo dijo...

Todos necesitamos alguna vez esas palabras de aliento. Hay que aceptarlas con humildad, como lo que llanamente son. Como dice Ángel, tenemos que dar, es lo que nos hace más felices, y sin buscarlo recibiremos.Un beso y unidos en el rosario de hoy