jueves, 15 de julio de 2010

Características de un manipulador


Curioso artículo sobre los rasgos de un manipulador. Ahora que tratan de manipularnos desde todas partes, creo que es interesante conocer, cómo se comportan y cómo debemos combatirlos. Estoy segura de que cada uno de nosotros, conoce a uno a varios manipuladores.

Podemos determinar 30 características, 4 de las cuales son consecuencia de las otras 26.
Un individuo al que calificamos de manipulador actúa como mínimo conforme a una decena (10) de características de la siguiente lista:

1- Culpa a los demás en nombre del vínculo familiar, de la amistad, del amor, de la conciencia profesional, etc...

2- Traslada su responsabilidad a los demás o se desentiende de sus propias responsabilidades.

3- No comunica claramente sus demandas, necesidades, sentimientos y opiniones.

4- Responde muy a menudo de forma confusa.

5- Cambia de opinión, de comportamiento y de sentimientos según las personas o las situaciones.

6- Invoca razones lógicas para enmascarar sus demandas.

7- Hace creer a los demás que tienen que ser perfectos, que no deben cambiar nunca de opinión, que deben saberlo todo y responder inmediatamente a las demandas y preguntas.

8- Pone en duda las cualidades, la competencia y la personalidad de los demás; critica sin parecer que lo hace, desvaloriza y juzga.

9- Hace transmitir sus mensajes a otros o los comunica de forma indirecta (por teléfono en lugar de cara a cara, dejando notas escritas).

10- Siembra cizaña y suscita sospechas, divide para reinar mejor y puede provocar la ruptura de una pareja.

11- Sabe hacerse la víctima para que se le compadezca (enfermedad exagerada, entorno "dificil", sobrecarga de trabajo, entre otros).

12- Hace caso omiso de las demandas (aún cuando dice ocuparse de ellas)

13- Utiliza los principios morales de los demás para satisfacer sus necesidades (nociones de humanidad, caridad, racismo, "buena" o "mala" madre, entre otros)

14- Amenaza de forma encubierta o hace un chantaje abierto.

15- Cambia radicalmente de tema en el transcurso de una conversación.

16- Elude o rehuye las entrevistas y las reuniones.

17- Cuenta con la ignorancia de los demás y hace creer en su superioridad.

18- Miente.

19- Falsea los hechos para averiguar la verdad, deforma e interpreta.

20- Es egocéntrico.

21- Puede ser celoso aunque se trate de un pariente o un cónyuge.

22- No soporta la crítica y niega la evidencia.

23- No tiene en cuenta los derechos, las necesidades y los deseos de los demás.

24- Espera frecuentemente hasta el último momento para pedir, ordenar o hacer actuar a los demás.

25- Su discurso parece lógico o coherente, cuando sus actitudes, sus actos o su forma de vivir responden al esquema opuesto.

26- Utiliza halagos para gustarnos, nos hace regalos o tiene muchas atenciones con nosotros.

27- Produce un estado de malestar o una sensación de falta de libertad (trampa).

28- Es absolutamente eficaz para lograr sus propios fines, pero a costa de los demás.

29- Nos induce a hacer cosas que probablemente no haríamos por voluntad propia.

30- Es constantemente objeto de conversación entre personas que lo conocen, aunque no se encuentre presente.

NO OLVIDES QUE SON NECESARIAS COMO MÍNIMO UNA DECENA DE CARACTERÍSTICAS PARA PODER HABLAR DE MANIPULADOR.


Extractos seleccionados por M. Parés del libro "Los manipuladores" de Isabelle Nazare-Aga

¿SOMOS TODOS MANIPULADORES?

A menudo se plantean esta pregunta tras leer la lista anterior. La observación de sus propios comportamiento nos ayudará a encontrar una respuesta.

La primera diferencia que hay que destacar es la que existe entre hacer y ser. El hecho de mentir, de hacer que nos compadezcan "un poco" o de tener celos de vez en cuando no nos convierten en un mentirosos, una víctima o un celoso. Esta distinción es capital, pues el proceso de auto-evaluación global es muy frecuente.

Es posible que encentremos en nosotros una, dos, tres, quizás incluso cuatro de las características citadas, sin que ello nos convierta en un manipuladores.

Vayamos a la lista de las 30 características y hagámonos primero las preguntas siguientes: ¿Hacemos que otros transmitan nuestros mensajes? ¿Somos confusos? ¿Desvalorizamos o nos mostramos despreciativos? ¿Somos explotadores de los demás? ¿Hacemos caso omiso de las demandas de los demás? ¿Creamos tensiones o sembramos cizaña? ¿Somos celosos? ¿Somos egocéntricos? ¿Somos mentirosos? ¿Hacmos chantajes solapados?, Somos nosotros quien debemos respondernos con sinceridad.
Si la duda persiste, hagamos estas preguntas a alguien cercano, pero hagámoslas objetivamente.

Un manipulador o una manipuladora no es una persona "como las demás". No hay que confundir jamás la manipulación que es un mero comportamiento pasajero con la personalidad manipuladora.

El manipulador manipula porque no puede hacer otra cosa. Para él se trata de un sistema de defensa con frecuencia inconsciente. Contrariamente a lo que podamos pensar, no se afirma.

Lo que llamamos una persona afirmada (asertiva) es alguien capaz de expresar clara y sinceramente sus opiniones, sus necesidades, sus demandas, sus sentimientos y sus negativas, sin desvalorizar al otro y en función del riesgo que corre. Pese a las apariencias, el manipulador no confía en sí mismo.

Un manipulador no puede existir sin la presencia del otro. Siempre se construye comparándose con el otro, pero introduciendo un dato de lo más nefasto para su interlocutor: La desvalorización. No respeta al otro.

Su arte consiste en hacer creer, con palabras, en la imagen que desea que se tenga de él. Únicamente desvalorizando y culpabilizando se valoriza y se desentiende de sus responsabilidades. Se crea la ilusión de que es superior a los demás y se convence de ello.
Observa, tantea y se las arregla para poner de relieve nuestros fallos y defectos.

EL NIÑO MANIPULADOR

Una personalidad se vuelve manipuladora debido a un sistema de defensa creado en la infancia. El niño manipulador permanece al acecho de los fallos afectivos de su padre más vulnerable y le hace sufrir mediante la culpabilidad o cualquiera de los otros treinta comportamientos descritos. Consiguen lo que quieren de los adultos que tienen alrededor. Suelen ser niños-reyes, demasiado admirados.

Un manipulador es, ante todo, invisible.

Un 80% de los manipuladores no se dan cuenta de las verdaderas consecuencias que provocan en los demás: desvalorización, falta de confianza en sí mismos, malestar, estrés e incluso destrucción psíquica.

El 20% de los manipuladores si son conscientes de su estado y disfrutan de ese poder. Éstos son bastante perversos; se complacen en adoptar comportamientos inmorales, desagradables, y desestabilizadores para los demás.

Ciao.

2 comentarios:

Teresa dijo...

Interesantísimo artículo, Lourdes. Gracias por compartirlo. Un abrazo.

Anónimo dijo...

me sirvio de ayuda, en este momento de angustia, deberia haber mas informacion y educacion sobre patologias emosionales. Cariños