domingo, 1 de agosto de 2010

La lámpara y la vela


Habia una vez una lámpara lider que organizó una fiesta para todas las lámparas de la región.
Fueron todas vestidas con sus respectivas pantallas retocadas y adornadas como todas las lamparas.

En un momento determinado una pobre vela entro timidamente en la sala y hubo una subita amenaza de cortocircuito que afecto a algunas lamparas que empezaron a brillar un poco menos. Poco a poco la lámpara lider fue aceptando la presencia de la velita en el inmenso salon de fiestas. Resolvió hacer poco caso de ella y llamó a sus compañeras para que se acercaran a fin de que pudieran oir lo que la velita, sin pantalla, sebacea, tenia que decir.

-¿ Quien es usted? -- pregunto la lampara lider.

- Una vela, como usted ve... Respondió la pobre velita.

- Eso lo sabemos. Pero, ¿Qué hace usted?

-Yo tengo luz independiente, que sin embargo también la recibo de otra fuente. Soy simbolo de fe; a pesar de que ustedes son mas fuertes que yo, no llevo pantalla, porque sé que mi vida es efimera, mi luz nace de dentro de mi, oscila y mi patrón vuelve a encenderme sin necesitar mucha ayuda. Soy tan peligrosa como usted, pero no origino tantas catastrofes; una criatura puede usarme pero me respeta más que a usted, voy disminuyendo mientras ilumino.
Valgo mucho a los ojos de los hombres que, cuando no consiguen encender a ustedes, recurren a mi.

Las lámparas no lograban contener la risa histérica frente a aquel espectáculo de inferioridad. Súbitamente hubo un malestar general en todas y se fueron apagando, gritando en demanda de socorro, hasta que la sala quedo a oscuras. Sólo quedo la velita que acompañó al electricista para el trabajo de reparacion.

Cuando las lámparas volvieron en si y se reunieron para pedir disculpas a la velita, ésta ya era un puñadito de cera dando el último suspiro.
Habia dado la vida para que sus amigas mas fuertes pudieran continuar la fiesta.

¿Y nosotros qué somos? Lámparas o humildes velitas.

Ciao.

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