lunes, 27 de septiembre de 2010

Para la felicidad mental




Se habla mucho de la paz mental.

La felicidad mental, es un estado de paz en el que no hay trastornos ni violencia.

La paz interna crea fe en el intelecto.

La música de la felicidad suena de manera suave y constante en la mente de los que tienen esta fe, es decir, en los que han alcanzado la sabiduría del conocimiento espiritual.
No importa lo adversa o difícil que pueda ser una situación por la que se está pasando, no debemos tener miedo, porque el poder de la fe garantiza una victoria final.

A medida que la mente se descarga con la sabiduría espiritual, hay menos cambios de estado de ánimo y menos dudas en el corazón.

Una persona se vuelve más capaz de cancelar sus cuentas con el dolor y el sufrimiento, cuando mantiene una cuenta sana de felicidad.
En un mundo en el que todas las relaciones tienen felicidad y sufrimiento, la lección principal que hay que aprender es la de cómo equilibrar los sentimientos.

La felicidad es prosperidad que proviene de la autosoberanía. Autosoberanía significa tener dominio sobre la mente, el intelecto, las tendencias de la personalidad y los sentidos físicos del cuerpo: Es saber estar en paz con todos los poderes y todas las virtudes, así como saber alcanzar el equilibrio entre la mente y el alma.
En cada alma humana existe un estado de perfección. En la búsqueda espiritual de esa perfección, el intelecto pasa por un proceso de redescubrimiento de su naturaleza divina.

La felicidad no tiene precio. La felicidad no se puede comprar, vender ni negociar.
La felicidad solo la consiguen aquéllos cuyas acciones, actitudes y características son puras y desinteresadas.

En otras palabras, la calidad de la conciencia y las actividades de las personas determinan la riqueza de su vida.

Sin embargo, la estabilidad social, económica y política se consideran fuentes de felicidad y de disfrute en la vida pero, cuando alguna de ésas áreas no funciona, desciende el nivel de felicidad en las personas.
Cuando todos estos recursos se enfocan en la materialidad de las cosas, en detrimento del desarrollo del carácter moral y espiritual de las personas, cambia el orden de las prioridades en la vida y la felicidad disminuye gradualmente.
Los valores morales y espirituales ayudan a posicionar las prioridades y permiten que se tomen medidas proactivas y preventivas en los momentos oportunos de la vida.

El camino de la felicidad está sembrado de oportunidades de oro. Por cada paso que se da, hay garantizado un retorno de riqueza incalculable.

Las acciones realizadas a lo largo del camino se convierten en un lápiz mágico que nos ayuda a trazar las líneas de la fortuna.

Hay una mayor felicidad entre las personas que recorren juntas el camino y, mediante acciones colectivas, trazan las líneas de la fortuna en el escenario viviente del mundo.

Ciao.

5 comentarios:

Angelo dijo...

Qurida amiga. Que paso cada dóa a leerte, pero no doy para más. Siempre disfruto con todo aquello que nos muestras. Hoy ya me parecía excesivo no mandarte un fuerte beso.

lojeda dijo...

Gracias amigo, por tus visitas. No pasa nada si no comentas, a mi me pasa lo mismo, paso por los blgs, y leo los post. La falta de tiempo y las muchas cosas que tengo que hacer cuando me siento al ordenador, me hace imposible comentar todas la visitas.
Yo sé que estamos unidos en espíritu y oración y eso es lo más importante.
Otro besazo para toda la familia.

Ser feliz dijo...

La paz interior es muy importante en la felicidad, como conseguirla? Pues claro que a través de meditación:) SAludos.

lojeda dijo...

Ser feliz, tienes toda la razón, si nosotros no hemos encontrado nuestra propia paz, y nuestra propia felicidad, es difícil que la podamos transmitir.
Gracias por tu visita y un beso grande.

Blog Editor dijo...

Muy buenas reflexiones amiga... siempre dando recibimos.