jueves, 28 de octubre de 2010

¿Quién dijo miedo?


Esta es la historia de dos personas valientes, que consiguieron hacer lo que nadie pudo: COLOCAR UNA BANDERA DE DERECHO A VIVIR, en el Hotel Meliá Sevilla, en pleno congreso de abortistas, cuando todos los asesinos estaban reunidos e inmersos en el debate de cómo matar bebés y hacerse más ricos.

¿Quién dejo miedo?... Comienza el relato de esta gran aventura...




Contraste de mensajes:
Frente a nuestro grito de "SI A LA VIDA", el terrible mensaje que nos lanzaban desde una ventana del hotel, los profesionales de la muerte: "ABORTO LIBRE".







Un mensaje que fue acallado cuando "unos valientes", colocaron una bandera de Derecho a Vivir, en la misma fachada del hotel, y que hizo que a los aplausos que les dimos, los que estábamos afuera al verla, los abortistas, abrieran la ventana para que no lo viéramos más su cruel mensaje.
Pero... Esta heroicidad, tiene unos protagonistas... Yo diría que unos grandes e importantísimos protagonistas, porque sin su ayuda, esta heroicidad, no hubiera sido posible...




Efectivamente, habéis acertado...
Este encantador matrimonio, del que solo sabemos que se llaman Pío y Ana, fueron los valientes que colocaron la bandera.
Parece mentira, pero es verdad.
Pero... ¿Quiénes son este matrimonio, que tuvieron la valentía, aprovechando que se hospedaban en el hotel, de desafiar a la tremenda vigilancia, arriesgando su propio físico, y salir a la escalera de incendios, para dar su testimonio en favor de la vida?

Como os decía, solo sabemos que se llamaban Ana y Pío, y eran, aparentemente, dos personas más en esta gran concentración. Pude saber sus nombres cuando, contándonos la odisea, nos enseñaron su acreditación como participantes de un encuentro de "Amigos de los Museos Militares".
Sigamos con el relato y ahora destaquemos y felicitemos a las dos grandes personas, que tuvimos la suerte de conocer y a la acción valiente, que estos dos héroes protagonizaron.

Pues bien, os sigo contando.

Parece ser que este matrimonio que paseaba por la plaza durante la concentración, habló con algunos voluntarios, que al saber que eran huéspedes del hotel, le ofrecieron entrar en él y poner una bandera, para desafiar el mensaje que desde la ventana nos desafiaba. (La foto muestra el momento de la entrega de la bandera, para empezar la "aventura").

Ellos, valientes y generosos, como dos adolescentes que iba a hacer una gran travesura, se prestaron al juego, y entraron en el hotel con la bandera escondida, subieron hasta la planta tercera, y echando mano de lo que nuestra amiga Ana llevaba encima (horquillas del moño, imperdibles, etc.), comenzaron su acción, vigilantes de que las grandes medidas de seguridad que había por todo el hotel, no los pillara.

Me imagino la escena, que según como nos la relataron, fue como la mejor película de acción y me hubiera encantado verlos, de verdad.

El motivo de este post, no es ni más ni menos, que el de resaltar la hazaña y rendir un cariñoso homenaje a estas dos personas valientes, a este matrimonio de jóvenes encantadores (87 él y 80 ella), que con la alegría que da la felicidad, que da sentirse bien, por dentro y por fuera, y que nos contagiaron el entusiasmo, a todos los que los conocimos, agradeciéndoles desde este humilde lugar, su ayuda y su testimonio.

El relato lo conocimos algunas personas, entre ellas yo misma, cuando se terminó el acto y estábamos recogiendo "los bártulos" de la concentración.
Ellos, se acercaron felices a nosotros y nos contaron la "odisea", como quien cuenta la gran "travesura de su vida".
Era emocionante escucharles con la, ilusión que nos lo relataban. ¡Cuánta emoción y alegría expresaban, y de ella nos contagiaban a todos los atentos oyentes!
Los que los escuchábamos, de verdad que alucinábamos. Todos escuchábamos con la atención de no querer perdernos nada del relato.

Al final ya os lo podéis imaginar: Besos, felicitaciones, aplausos... ¡Todo una serie de piropos, porque se lo merecían! Habían sido nuestros cómplices anónimos, y todos lo celebrábamos juntos.

Como nada dura eternamente, desde adentro del hotel, se dieron cuenta de que "algo" desentonaba, en el acto que se estaba celebrando en su interior, y nos quitaron la bandera pero... Como se suele decir... ¡Fue bonito mientras duró!

La bandera estuvo unos minutos (no sé exactamente cuántos), colgada de la escalera de incendios de este hotel que ha acogido a grandes profesionales de la muerte, y por unos minutos, pudimos dejar nuestra impronta en favor de la vida.

Queridos amigos, Ana y Pío. Que Dios os bendiga y os de muchos años más de felicidad juntos.
Nosotros, os recodaremos toda la vida, porque sois dos personas guapas de cara y guapas de corazón, que nos habéis dado con vuestro acto, una auténtica lección de valentía, de generosidad, de servicio, y sobre todo de amor entre vosotros y a los demás. Lección que nunca olvidaremos, porque este día, ha quedado grabado para siempre en nuestro corazón.

Un gran beso de todos los que tuvimos la suerte de conoceros, y desde aquí, quiero que sepáis que os queremos.


Ciao.








3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si lo que digo, eres un hacha. Excelente post y merecido homenaje a unos valientes "abuelos".
Hoy he estado de tapeo en la sede de HAZTE OÍR y muy bien, ha sido una experiencia bonita más si cabe estando como invitada Gádor Joya que ha ido desgranando desde los inicios de Derecho a Vivir hasta nuestros días junto con los objetivos futuros, claro está... que se deroge la ley del aborto libre.
Te mando un fuertote besote.

lojeda dijo...

Muchas gracias por tus palabras. Me apetecía mucho hacer este pequeño homenaje a estos dos valientes, por la heroicidad y por lo bien que nos lo pasamos con ellos y lo que aprendimos en unos minutos.
Parece ser que, en la sede de HO quieren darle una cena de agradecimiento, y no veas la que ha liado Álvaro para conseguir todos sus datos para que los localizaran.
Al final lo consiguió y ya está en marcha el proyecto de cena por lo que me ha dicho "mi socio", jajaja.
Seguro que tu te enterarás de cuando será. Ya me informarás.
He visto las fotos del tapeo. Me alegro de que todo haya ido tan bien, y que te haya gustado la experiencia. Gádor tiene razón, tenemos que conseguir que el PP, se comprometa con la derogación de la ley. Si no, tendremos que "achucharles" para que lo hagan.
Un besazo grande, amigo.

Alfonso dijo...

Lourdes, eres un monstruo. Magnífica, no sólo tienes el don de la ubicuidad, si no además has sabido plasmar la noticia con una dulcura encantadora. Desde luego la juventud está en el interior. Vaya pareja de chavales, haciendo travesuras.¡Viva la JUVENTUD!

Un abrazo

Alfonso