lunes, 6 de diciembre de 2010

Si queremos correr, no debemos gatear.



Es una manera un poco brusca de llamarnos a la realidad, pero... ¡Cuánta verdad hay en estas palabras! SI QUEREMOS CORRER, NO DEBEMOS GATEAR.

En estos días estoy pensando mucho en este viejo refrán, y pienso cuántas veces en nuestra vida espiritual ansiamos y deseamos con todo nuestro corazón, convertirnos en los corredores más veloces en la Carrera Espiritual, y con tristeza nos damos cuenta que lo deseamos pero en realidad todavía estamos "gateando".
Nos damos cuenta de ello cuando nuestros sueños nos alcanzan y la realidad de nuestras fuerzas nos enfrentan a la imposibilidad de realizarlos.

Tal vez en esos momentos nuestras emociones nos traicionan y hasta podemos llegar a pensar que Dios no nos ama, o la frustración nos invade haciéndonos sentir inútiles y débiles, creyendo que en realidad quisimos subir por las nubes como las águilas y nuestro vuelo era el de un gorrión.
Muchas veces vemos desmoronarse muchos de nuestros proyectos y como se disipan como la bruma muchos de nuestros anhelos. Tal vez ése sea el momento indicado para deteneros y examinar dónde estamos parados.

¿Y sabéis porqué? Porque casi siempre estoy en ese lugar.
Cuando nos encontramos con presiones, viendo delante de nuestros ojos los sueños de toda una vida, y a la vez viendo a nuestro alrededor tambalear todo por lo que uno espera, y yo al menos me pregunto: ¿Qué hacer? La verdad es que ¡NO LO SE!

Tal vez esperéis otra respuesta, lamentablementeyo al menos, no la tengo, pues soy simplemente una más, que dan vueltas y vueltas a la cabeza, cuando los problemas se me agolpan en ella.
Así, entre en el laberinto del desconcierto y cuando el huracán de la decepción casi me atrapa, recuerdo un afrase que escuché un día y que me conmovió el corazón:
Escuché que "Dios se había enamorado de mi, que Dios ama a todos y bendice a todaas las personas, pero con algunas personas tiene algo que no se puede entender".

¡Imaginaros todas las cosas que han pasado por mi cabeza en ese momento!
Y en ese momento de Luz pensé: "Si es verdad está enamorado de mi... ¡Cuánto dolor le estoy dando al no corresponderle de la misma manera!".

Y yo me prregunto:

¿Por qué Dios puede amar alguien como yo, y perdóname, poniénome en primer lugar?
La verdad es que no lo sé, yo miro en mi interior y mis actos, pruebo mis sentimientos y me digo: "no, no es posible que Él me quiera", aunque noto su presencia y eso me reconforta.
En ese instante toda mi debilidad desaparece y todos mis sueños vuelven a crecer y se despiertan otra vez mis anhelos y de nuevo mis ojos se abren a una nueva luz, la fe ocupa el lugar de la decepción y todo mi ser comienza a ponerse en movimiento.

Tal vez sea hasta la próxima vez que me encuentre en otro momento de debilidad y me vea gateando en vez de correr, y nuevamente las bellas palabras que escuché, vengan a mi corazón y me hagan recordar que: ÉL ESTA ENAMORADO DE MI.

Quizás todavía mi Padre me esté diciendo: "Con amor eterno te amé".

Querid@ amig@, es algo inexplicable, es increíble pero Él convierte el vuelo de un gorrión en el aletear majestuoso de un águila.
¿Por qué? ¿Para qué preguntar lo que no tiene respuesta? Solo detente y piensa EL ESTA ENAMORADO DE TI.

Ciao.

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