Angustiados por las sacudidas intermitentes que provocan las crisis financiera nacional e internacional Y la crisis institucional y de valores que azotan nuestro país, se está creando en todos nosotros, un clima de desconfianza e inseguridad, que nos puede hacer perder el tesoro más importante del que disponemos como personas y como país. Me refiero a la esperanza y la confianza.
Efectivamente, podemos hacer una lectura pesimista de la situación actual y afirmar que el predominio del mal es evidente. Sin embargo, quienes confesamos que Dios está vivo en la historia y en la naturaleza, no perdemos la esperanza. Confiamos en Él, a la vez que trabajamos por conseguir esa paz y esa justicia tan esperada por todos, e intentamos dar a conocer al mundo esos valores perdidos y olvidados en estos tiempos.
Dios es el Padre Bueno, el Dios con nosotros, que nos anima a descubrir su discreta presencia y a solidarizamos con su proyecto humanizador, luchando y denunciando los contenidos que van en contra de la dignidad de la persona, y ayudando en la construcción de un mundo más justo.
Esa buena noticia nunca nos será quitada, y juntos podremos sembrar en nuestros hermanos, la fe y la confianza que nos da sentirnos hijos de Dios.
Ciao.
2 comentarios:
Pero nosotros llevamos la alegría y la confianza que el Resucitado nos ha traido.
Un beso
Efectivamente, Angelo, la alegría cristiana bien vivida, no puede ser atacada, por ninguna crisis, por muy mala que sea.
Yo siempre Espero y Confío, y eso me da la seguridad, que Jesús nunca me soltará de su mano. Un besazo
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