martes, 21 de junio de 2011

El rey caprichoso


Había una vez en una tierra muy lejana, un rey que quería ver a Dios.

Este rey ya tenía todas las riquezas que quería y había visto todo lo que se le había antojado, pero sentía que había algo más que estaba por encima de todas sus riquezas y que aún no había podido lograr.

El rey pensaba que antes de morir sólo le faltaba un deseo por cumplir, el de ver a Dios.

De inmediato, reunió a todos los sabios del reino entero y les dijo:
- ” Les doy tres días de plazo para que me digan cómo puedo ver a Dios.”

Pero pasaron los tres días y nadie pudo enseñarle a ver a Dios.

El rey se llenó de cólera y los amenazó a todos con la muerte, pero ni eso logró que encontraran la manera de hacerle ver a Dios.

En eso, se presentó un pastor sencillo y le dijo:

- ”Te enseñaré como puedes ver a Dios.

- Ven acompáñame”

El pastor llevo al rey a un campo abierto y le enseñó el sol diciéndole:

-”Mira”.

El rey quiso mirar el sol pero no pudo, respondiendo enojado:

- “¿Acaso quieres que me vuelva ciego?”

El pastor le replicó:

- “Señor, el sol es sólo una pequeña creación del gran Dios, si no eres capaz de mirar su creación ¿Cómo lo vas a mirar a Él?”.

El rey entendió esto. Sin embargo, no estaba satisfecho aún y le dijo:

- Dime, ¿Qué había antes de Dios?”

El pastor le respondió:

- “¡Empieza a contar!”

El rey contó:

- “Uno, dos, tres”.

Pero el pastor lo interrumpió:

- ”No, debes contar desde antes, debes empezar antes del número uno.”

El rey le contestó:

- “No hay nada antes del número uno.”

Replicó el pastor:

- “De la misma manera no hay nada antes que Dios.”

- “Contéstame otra pregunta más y me basta”, dijo el rey.

- “¿Qué hace Dios?”

El pastor sonrió y le dijo:

- “Eso te lo voy a contestar si dejas que cambiemos de ropa. Yo me pongo la tuya y tú te pones la mía.”

El rey bajó de su trono y cambió su ropa con el pastor.

- “Así es Dios”, explicó el pastor, “baja de su trono, se vis¬te como los hombres y los trata con tanta bondad que quiere darles su misma ropa de rey.”

Entonces dijo el rey:

”Ahora si entiendo a Dios”.

Autor : Leo Tolsto

Ciao.

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