lunes, 5 de septiembre de 2011

Valores humanos: ¿Por qué estos valores y no otros?


Ya he hablado en otras ocasiones de los valores humanos, y de la educación en valores que debemos dar a nuestros niños y jóvenes.
Se habla mucho, y desde nuestro gobierno, nos los están nombrabdo a todas horas, pero pienso que esa educación en valores que desde los colegios se les están dando a los futuros hombres y mujeres, o se la están dando mal, o están cayendo en saco roto, porque cada vez vemos más conductas antivalores, en nuestra sociedad, por parte tanto de los mayores, como de los niños y jóvenes.
Debo admitir que hablar de los valores que debemos inculcar a los demás es siempre algo arriesgado, y más todavía cuando incide en algo tan trascendental como la educación de los pequeños de la familia, que es decir de la sociedad. Escoger es renunciar, y renunciar es siempre comprometido.
De todas maneras, los valores humanos son de tal guisa que se entrelazan entre ellos y resulta difícil, o tal vez imposible, distinguir dónde termina uno y dónde empieza otro.
Dicho de otro modo, no es factible discernir si estamos educando en el diálogo, en la paz o en la justicia.
¿Es posible una paz sin diálogo? ¿Podría existir la paz al margen de la justicia? ¿La urbanidad no es un aspecto del respeto? ¿La generosidad y la compasión no serían imposibles sin la paciencia? ¿La creatividad y la confianza no están en la base de la alegría? ¿Es concebible la amistad sin la sinceridad, o una responsabilidad carente de prudencia?
Siempre podemos, sin embargo, trabajar unos matices centrados más en un valor que en otro. La constancia posee unos elementos que después podremos aplicar al resto de valores; y así seremos constantes en la amistad, en la paz o en la tolerancia, o en el valor que queramos.
Por suerte para los educadores y para los educandos, si crecemos en un valor, crecemos en los demás, puesto que es la persona la que se vuelve mejor.
No podemos ser más tolerantes sin ser a la vez más generosos, más compasivos, más dialogantes, más respetuosos, más... más... buenos.

Ciao.

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