Hace unas horas llegué de la Plaza de Santa María, donde se supone que era la concentración para pedir justicia por Marta del Castillo.
Tengo una gran tristeza, porque hemos estado unas escasas 20 personas, y unos 8 fotógrafos, que espero que no estuvieran allí para dar testimonio e informar de lo que ocurría. La verdad es que nunca he visto tanto reportero gráfico junto.
Si 20 personas, que hemos querido apoyar a esta familia en su sufrimiento, y a la vez, pedir de una puñetera vez que se cambien las leyes en este país de charanga y pandereta, donde los ladrones, chorizos y delincuentes, tienen más amparo, que las personas honradas, las víctimas de asesinatos impunes, y demás personas de bien.
Hoy me siento triste y avergonzada de vivir donde vivo. ¿Dónde estaban hoy mis paisanos? ¿Porqué no han acudido esta tarde a la concentración? ¿Tal vez piensen que nunca les va a pasar a ellos? ¿Tal vez porque se sienten seguros en sus vidas y estas cosas solo les pasan a los demás?
Siento un dolor tremendo de ver que mi ciudad, es una ciudad acomodada y egoísta. No es la primera vez que lo noto, pero pensaba que en esta ocasión, tratándose de tener solidaridad con unos padres que llevan sufriendo tres años, por la muerte de una hija, y con el agravante de que no saben dónde está su cadáver, porque unos niñatos consentidos y asesinos, están jugando con ellos, con la justicia y con todo el país, iban a responder a la llamada.
Toda España ha reacccionado, pero nosotros no. Estábamos calentitos, en la seguridad que nos da nuestra casa, y hemos preferido quedarnos en ella, en vez de acudir a una concentración solidaria.
Lo dicho: Hoy siento trristeza y vergüenza de vivir donde vivo. Lo siento, paisanos, espero en otras ocasiones poder cambiar de opinión.
Ciao.
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