El mensaje de esperanza que nos ofrece el contemplativo no consiste en que tengamos que buscar nuestro camino a través de la jungla de palabras y problemas que hoy envuelven a Dios, sino que Dios nos ama, lo entendamos o no, que está presente en nosotros, que habita en nosotros, que nos llama, nos salva y nos ofrece un conocimiento y una luz que no tienen comparación con nada que hayamos encontrado en los libros u oído en los sermones.
El contemplativo no tiene nada que decirnos, sino alentarnos y asegurarnos que si nos atrevemos a penetrar en nuestro propio silencio, a caminar en la soledad de nuestro propio corazón, y a arriesgar el compartir esta soledad con el otro solitario que con nosotros y a través de nosotros buscamos a Dios, llegaremos a encontrar la luz y la capacidad para entender lo que está más allá de todo lo que se puede decir o explicar, ya que está demasiado cerca para poderse explicar: La íntima unión en las profundidades de nuestro propio corazón entre el espíritu de Dios y nuestro más recóndito y oculto yo, de modo que nosotros y Él seamos en verdad un solo Espíritu.
Ciao.
2 comentarios:
No sabes cuaanto me gusta este autor ¿Has leído La Montaña Mágica?
Un beso Lourdes.
No conozco casi nada de este autor. Este escrito lo descubrí un día por casualidad, pero a partir de ahora, empezaré a investigar más para conocer más a fondo su obra.
Un beso amiga, y gracias por tu visita y comentario.
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