jueves, 24 de mayo de 2012

Los "privilegios" de la Iglesia


Acabo de encontrar en el Diario Prisma, este artículo, tan interesante como veraz. Desmonta la  hipocresía de este país en los ataques contra la Iglesia, y la serie de privilegios que tienen aquellos que se rasgan la vestiduras pidiendo que se la Iglesia católica pague el IBI, y pone de manifiesto las mentiras de dichos personajes y los privilegios de estos progres paniaguados tienen de las cuentas del Estado Español.


Este es el “privilegio” que conserva la Iglesia, y la poca vergüenza que algunos tienen.

Saltan las alarmas.
El país entero está alerta, en pie de guerra. El Gobierno recorta; la educación se va a pique; la gente se muere en los quirófanos; y mientras tanto la Iglesia mantiene “privilegios”. La gente protesta. La gente protesta mucho, piensa poco.

Primero.
La educación no se va a pique. Ya hace mucho tiempo que ha naufragado, y así seguirá mientras no haya una voluntad real de cambiar las cosas, dejando al margen ideologías o partidos políticos, y poniendo en el centro a las personas. Los recortes solo empeoran un poco la situación. No son ni la causa ni la solución. A eso se le llama “efecto charca”, o sopla muy fuerte el viento y el agua filtra por el cemento o aquí nos quedamos pudriéndonos.

Segundo.
Nadie muere en los quirófanos. La gente muere en las guerras, en los vientres de sus madres, en los países pobres. Aquí la gente solo espera.

Tercero. 
Podría salir a la calle a protestar contra los recortes pero no lo haré. Esos supuestos “antisistema” (que después piden a gritos educación pública, es decir del Estado), salen a protestar con sindicatos, partidos y asociaciones, los mismos  que se benefician de miles y miles de millones de euros que todos les “damos”. Euros que ellos siguen aceptando de buena gana, sin saberse bien qué narices se supone que hacen, euros que dejan de destinarse a cosas que realmente importan.

Cuarto.
El problema no está en los recortes. El problema está en qué se recorta y por qué se recorta. Es esto lo que puede hacer legítimo o no que se recorte. Mientras se siga dando dinero a partidos políticos, sindicatos, lobbies y asociaciones que supuestamente tienen fines sociales, mientras eso siga sucediendo, es tener muy poca vergüenza recortar en educación o en sanidad. Este es el verdadero problema. Mientras muchos se llenan los bolsillos por defender lo políticamente correcto, por usar una determinada lengua, por ser de un partido, o por “trabajar” en un sindicato, otros tienen que abandonar puestos de trabajo, se les baja el sueldo por ser funcionarios, a pesar de haber accedido a su puesto por méritos propios -a diferencia de muchos políticos-, y se cercena la iniciativa de jóvenes con ideas, jóvenes que valen mucho más que la mayoría de los que ocupan cargos políticos. “Es necesario recortar” dicen, pero sus bolsillos siguen cerrados con cremallera. Son los intocables. A ellos y a su “cultura catalana oficial” (y digo oficial porque la cultura catalana auténtica hace mucho tiempo que dejo de promoverse, hace mucho tiempo que se convirtió en un residuo) no les puede faltar un solo euro. Parece que se hayan apropiado del lema de Anglada: “Primer els de casa”. Primero robamos a los de casa, y luego ya mendigamos al gobierno central.

¿Recortes? Ok. Pero en un orden de preferencias.

Este es el problema que tenemos, y es triste ver a jóvenes que de buena voluntad salen a  defender la escuela púbica, en contra de los recortes, y cogidos de la mano -y con la banderita- del sindicato de turno. Cacaos donde los haya.

Y si a todo esto le sumamos el IBI que la Iglesia no paga,  ya tenemos un cóctel a punto de explotar.

Quinto. 
Pues bien, la Iglesia no paga IBI igual que tampoco lo pagan todas aquellas entidades o instituciones que hacen una labor social –ninguna tanto como la Iglesia-, y tampoco lo pagan sindicatos ni partidos políticos. Este es el privilegio que se supone tiene la Iglesia. La institución que más ayuda en España a los que por culpa de partidos y sindicatos van a comer con sus familias a los comedores sociales y se visten en las parroquias.

Este es el “privilegio” que tiene la Iglesia, y la poca vergüenza que algunos tienen.

JAUME VIVES VIVES 

Ciao.

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