Todos conocemos la historia de Lázaro y la llamada de Jesús a que resucitara. Nos podemos imaginar a Lázaro, abandonando su muerte física y poniéndose de pie.
Si nosotros no estamos muertos, no nos hagamos los muertos.
El enemigo intenta acosarnos de por vida y que nos hagamos los muertos, para decidir sobre nuestros actos.
¡Salgamos fuera de la cueva en donde estamos escondidos con nuestra unactiividad! Dios tiene un gran plan para nosotros y no podemos esquivar el movimiento de Dios.
Preparados o no, sucios por nuestros pecados o no, vestidos o no, es tiempo de decirle a Dios aquí vengo, aquí estoy.
Si queremos regresar a la vida, deberemos salir de la muerte y de los lugares muertos y comenzar a despojarsnos de lo que nos mantuvo en el lecho de muerte.
El estabamos demasiado amortajados como para poder caminar y demasiado obstinados para quedarnos adentro. Nos debemos proponer salir, nos cueste lo que nos cueste.
Hoy podemos ver una sociedad llena de Lázaros metidos en una tumba por los recuerdos del pasado y las intensas luchas espirituales del vivir diario, cuando Cristo les ha invitado a salir de la cueva y comenzar a marchar, no importando lo difícil que tal vez sea.
Ciao.
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