viernes, 22 de junio de 2012

Cuidado con nuestros deseos




Hay una vieja leyenda sobre un hombre que vagaba por todo el mundo en busca de sus deseos más profundos.
Deambuló de una ciudad a otra, de un reino a otro en busca de satisfacción y felicidad, pero nunca en todos sus viajes la encontró.
Finalmente, un día, cansado de su búsqueda, se sentó debajo de un
gran árbol, al pie de una montaña.
Lo que no sabía es que se trataba de “El árbol del deseo”. Todo lo que uno desea cuando está sentado debajo del árbol inmediatamente se convierte en realidad.
Mientras descansaba pensó para sí mismo:
- "¡Qué hermoso lugar es éste. Me gustaría tener una casa aquí ", y al instante ante sus ojos aparece una hermosa casa.
Sorprendido y encantado pensó lo siguiente:
- "¡Ah, si tan sólo tuviera una mujer para estar aquí conmigo, mi felicidad sería completa ", y en un momento una hermosa mujer apareció y comenzó a llamarlo “esposo”.
- "Bueno en primer lugar, tengo hambre",- pensaba. "Me gustaría que hubiera comida para comer."
Inmediatamente una mesa de banquete apareció cubierta con todos los maravillosos tipos de alimentos y bebidas, platos principales,
pasteles, dulces de todas clases.
El hombre se sentó y comenzó a darse un festín, pero a medio camino a través de la comida, todavía se siente cansado, y pensó, "me gustaría tener alguien que me sirva esta comida", y por supuesto apareció un criado.
Terminando la comida, el hombre se sentó de nuevo a inclinarse
en contra de este maravilloso árbol y comenzó a reflexionar:
- "¡Qué sorprendente es que todo lo que deseo se haga realidad!. Hay una fuerza misteriosa sobre este árbol.
¿Me pregunto si vivirá un demonio en ella?"
Y, por supuesto, apenas se le ocurrió esto que un gran demonio apareció.
- "Oh, pobre de mí", pensó, "este demonio probablemente me va a comer" y eso es exactamente lo que pasó.

Tengamos cuidado con nuestros deseos, que éstos sean siempre guiados por el Señor Jesús.

Ciao.

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